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2 DE CONVENTO EN CONVENTO Vísperas de viaje El año 1902 galopaba veloz en los últimos días de diciembre, decidido a terminar pronto. Francisco, que apenas ha cumplido sus quince años, ha decidido dar por terminada su estancia entre las gentes de Pietrelcina para "dedicarse enteramente a Dios en un lugar santo". Pensaba en su padre, trabajando allá en la lejana América. Pensaba en su hermano Miguel y en su madre, azacanados por las tierras. Muchos de sus compañeros de infancia estaban ya trabajando. También él, desde hacía tiempo, había decidido su futuro: servir de cerca a Dios. Sentía la vocación de hacerse fraile y sacerdote. Sólo faltaba elegir el instituto religioso en el que había de ingresar. Para prepararse vivía en contacto con los sacerdotes de Pie– trelcina, sobre todo con el párroco don Salvador María Pannullo -llamado afectuosamente el tío "Dor"- de cincuenta años (ha– bía nacido el 7 de enero de 1852), y había sucedido en septiembre de 1901 a don Juan Caporaso. Durante muchos años don Pannu– llo había vivido en medio de los jóvenes como padre espiritual en el Colegio Giannone de Benevento. Comprendió muy pronto a Francisco, a la sazón de quince años, y le atendió con especial predilección, incluso porque los padres se lo habían encomendado con tanta confianza. Junto a otros de su edad, Francisco era un medio clérigo, "asiduo a la frecuencia de los sacramentos de la confesión y comunión, a todas las funciones religiosas y prácticas espiritua– les", repartiendo el tiempo entre la escuela y la iglesia. 33

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