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negligencias / y la gracia de corresponder y perseverar. / Bendice copiosamente a mis amados superiores y hermanos, / a los que– ridos hijos de mi alma esparcidos por todo el mundo". El jubileo sacerdotal, más que un acontecimiento festivo, fue, en su humildad, un examen de conciencia, un balance, un mise– rere por "los pecados, ofensas y negligencias". Es la sensibilidad de un hombre que ha visto a Dios más de cerca. Otra etapa que el buen Dios hizo que alcanzase el padre, fue la del sexagésimo año de su vida religiosa. El P. Pío la celebró - a su estilo- el 22 de enero de 1963. Había recorrido un largo camino , desde aquel 6 de enero de 1903 en que dejó Pie.trelcina y · entró en el convento de Morcone, en el que recibió el hábito el 22 de enero , comenzando así el noviciado. Tenía entonces 16 años. Ahora tenía 76. Entonces el nombre de fray Pío lo conocían muy pocos. Ahora el nombre del P. Pío lo repiten millones. La prensa puso de relieve que estos sesenta años estuvieron consagrados a Dios y al pueblo de Dios, sin reserva, sin tomarse "ni un solo día de vacaciones". Hacía sesenta años que el hábito marrón, de amplias mangas y capucho alargado, cubría al P. Pío como una cruz, le transformaba en hombre crucificado, testimo– niaba sesenta años de cruz. Y era verdaderamente la cruz la que resumía su consagración religiosa e iluminaba el misterio de su paternidad sacerdotal. Por haber constatado esta consagración que inmola y que salva, los fieles afluían numerosos al convento de San Giovanni Rotondo, a pesar de los rigores del invierno, para unirse al P. Pío en la misa de las 5 de la mañana, y para contemplar aquella figura de fraile -obediente, humilde, entregado al deber de cada día- como le había descrito el P. Torcuato de Lecore, provincial. Por la tarde los fieles dieron gracias a Dios por aquel admirable don de un hombre consagrado. Un episodio -acaecido un año más tarde, la víspera de su 61. 0 aniversario de vida religiosa, el 21 de enero de 1964- nos revela lo que ocultaba el corazón del P. Pío, mientras nos da a conocer su ser de religioso. Aquella noche, antes de acostarse, el padre pidió a todos una oración y una ayuda para "dar gracias al Señor por el gran don de la vocación religiosa" y para "pedir perdón por su ingratitud y mala correspondencia a las gracias del Señor". Otros dos acontecimientos felices: el 26 de diciembre de 1966, 300
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