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Los superiores y los religiosos del convento, después de las recientes intervenciones de la Santa Sede, no querían llamar la atención en torno al homenajeado. Fue solamente eso, una fiesta espiritualmente intensa, aun dentro de la mayor sencillez. El fes– tejado -que en su misa había repartido 495 comuniones- en el refectorio tuvo a su lado al superior provincial, a su propio padre y a su hermano Miguel. El 22 de enero de 1953 fueron las bodas de oro de vida religiosa. La dicha relación bimestral sólo dice que aquel día hubo "gran concurrencia". El P. Agustín nos informa de que el P. Pío hizo la renovación de los votos en manos de su provincial: renovación hecha "con todo el trasporte de su seráfico ardor, sólo conocido por el Señor... La iglesita no era suficiente para aquel gentío... En medio de tantas demostraciones de admiración, de amor, el P. Pío se mostró sencillo y humilde, dirigiéndolo todo a la gloria de Dios, autor de todo bien". El P. Pío, que desde hacía cincuenta años servía a Dios en la vida capuchina, vio a su lado, tomando parte en su alegría, al superior general de la Orden, P. Benigno de San Hilario Milane– se. En aquella conmemoración de su vida consagrada, el padre, en las palabras impresas en una estampa-recordatorio, expresó algo de su alegría y también de su historia: "Cincuenta años de vida religiosa / cincuenta años clavado en la cruz / cincuenta años de fuego devorador / por ti Señor, por tus redimidos. / ¿Qué otra cosa desea mi alma / sino llevarlos todos a Ti / y esperar con paciencia que este fuego devorador / abrase mis en– trañas en el cupio dissolvi?" Al motivo de Dios y las almas -síntesis del programa de su vida consagrada- añadía la pa– ciente espera de la muerte. Una fecha muy anhelada por sus hijos espirituales fue el 10 de agosto de 1960, que recordaba los cincuenta años de sacerdocio del P. Pío. Se calcula que llegaron a San Giovanni Rotondo de seis mil a siete mil personas con motivo de las bodas de oro sacerdotales del padre. Su misa de oro - después de haber celebrado más de 18.000 en cincuenta años-, la celebró por la mañana, a las 8,30, en la nueva iglesia de Santa María de las Gracias, acogido por una inesperada, aunque explicable, salva de aplausos. Asistieron tres obispos, el provincial, religiosos, profesores y responsables de la Casa Alivio, las autoridades de Foggia y de San Giovanni Roton- 298
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