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14 ALEGRIAS YPENAS Las etapas de una vida consagrada También para el capuchino al que una altísima misión había destinado para ayuda -y para admiración- del mundo, la vida se iba tejiendo año tras año, y año tras año se iba destejiendo. Los años iban pasando y le traían al P. Pío el recuerdo y los aniversarios de los acontecimientos más felices. La participación de los hijos espirituales y de todos aquellos a los que había hecho algún favor le acrecentaba la alegría de aquellas etapas, que iban marcando su camino de religioso y de sacerdote. El 10 de agosto de 1935 el P. Pío celebró sus bodas de plata de sacerdocio. "Algún periódico - informa el provincial, P. Ber– nardo de Alpicella- ha publicado con este motivo noticias total– mente falsas. No se sabe si eso se hizo por propaganda o por malicia. El hecho es que, por nuestra parte, no hubo nada de extraordinario: ni cantos, ni órgano, ni el besamanos después de la misa, según es costumbre en tales ocasiones aquí abajo. Algu– nos querían por lo menos que se cantase un Te Deum. Pero ni siquiera se permitió esto. El padre celebró la misa privada como los otros días. Lo que sí hubo fue una gran concurrencia del pueblo. Los forasteros, si exceptuamos a los vecinos de San Marcos, no llegaban a un centenar. La pequeña iglesia estaba literalmente abarrotada. Bien puede decirse que fue una fiesta espiritual, porque comulgaron (la mayor parte en la misa del P. Pío) más de 800 personas. Cierto que para determinadas personas fue una ducha fría. Pero las realmente piadosas y sensatas comprendieron y aprobaron lo que se había hecho". 297
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