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A este hecho se siguen otros, faustos e infaustos. En 1138 fue incendiada y pasada a cuchillo y luego destruiqa por el mismo Rogelio II. J:n 1173 vuelve a ser levantado el castillo. En 1269 aparece ya como una población numerosa. En 1349 un tremendo terremoto la reduce a escombros. El castillo, la parte de la villa que aún hoy aparece como lo más antiguo, se agrupa en torno a una enorme roca, que los vecinos llaman Morgia, Morgione. Era corriente en la edad media levantar en sitios altos las casas, los castillos, los monasterios, por exigencias tácticas de defensa. En torno al castillo feudal y como prolongación del mismo surge el poblado. Nos son conocidos sus dueños desde el período feudal hasta comienzos del siglo XIX: los condes de Ariano, de Buonalbergo, las familias Carnerario, Caracciolo, D'Aquino (de los que Juan consigue por primera vez, en julio de 1623, el título de Príncipe de Pietrelcina), Carafa di Milizia della Stadera. El último Príncipe de Pietrelcina fue Francisco Carafa, conde de Policastro y duque de Forlí, el cual perdió el señorío cuando la abolición del feuda– lismo del Reino de Nápoles el 2 de agosto de 1806. A continua– ción forma parte del Principado Ulterior (Avellino) hasta 1860. Desde entonces, con la entrada de Garibaldi en Nápoles, Pietrel– cina quedó agregada a la provincia de Benevento. Demográficamente Pietrelcina sube y baja. En 1532 contaba 193 vecinos; en 1545, 220; en 1561, 210; en 1595, 240; en 1648, 221; en 1699, 106. Los habitantes, que eran 4.258 en el censo de 1901, sesenta años más tarde ha,bían quedado en 3.870. En 1970 eran 3.369. En los documentos -en los cuales Pietrelcina aparece como Castellum, Castrum (fortaleza habitada por militares y civiles), Terra (poblado rodeado de murallas)- ha recibido diversos nom– bres: Petrapolcina y Petrapolicina en el siglo XII; Petrapulcina, del XIII al XVI; Pietra Elcina y Pietrelcina desde el XVII. En autores forasteros aparece como Pietralcina. No son pocos los que han dedicado sus esfuerzos a dilucidar la etimología, el origen y significado de los distintos nombres. Si damos crédito a la leyenda, al claro nombre de Petra (piedra, roca), se le añade Elginia (luego Elcina) en recuerdo del hada del mismo nombre que habría morado en aquella zona; Porcina (Pie– traporcina) por un jabalí muerto en una caverna; Pietrelcina por una encina crecida en la roca. Esta última interpretación explica- 18
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