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coincidiendo con el estreno del convento de nueva planta en Sagasti nº 19 Eustaquia emitió en él su profesión simple o temporal en manos de la aba– desa Mª. Teresa de Jesús. En dicho acto cambió el nombre de Eustaquia por el de Sor María de la Asunción. Con este nombre la designaremos en adelante. A los tres años, en septiembre de 1893, hizo su profesión solemne. La primera época de su vida religiosa, abarca los años jóvenes en que gozaba de plena salud y vitalidad. Después de pasar en plan de aprendizaje por las distintas oficinas del monasterio, como segunda res– ponsable nada más emitir sus votos solemnes, la superiora, teniendo en cuenta sus especiales aptitudes, le encomendó la enfermería. Yo diría que esta designación para atender a las enfermas de la co– munidad tuvo algo de providencial. No pasaría mucho tiempo y ella ne– cesitará de tales servicios hasta el martirio. La atención a las mil situaciones de ancianas y enfermas con el temple y espíritu de sacrificio que conlleva, fueron experiencias muy valiosas, que luego, por testimonio de las que la atendieron, supo tener en cuenta, para no ser ella, de en– ferma, excesiva o innecesariamente gravosa con las enfermeras. Las testigos de su actuación como encargada de la enfermería re– saltan en sus informes, la paciencia, el cariño y solicitud que derrochaba en el cuidado de las enfermas y ancianas. Estaban siempre limpísimas y se ofrecía pronta para acudir a su lado cuando requerían sus servicios. Los que no hemos pasado por esta experiencia difícilmente podemos ha– cernos idea de la buena dosis de paciencia, espíritu de servicio, dominio de la propia sensibilidad, que exige la atención a enfermos. De la primera etapa de la vida de Sor Mª de la Asunción, poseemos un testimonio valioso de Sor Corazón de María: "Toda su vida de re– ligiosa sana tuvo el oficio de enfermera y según oí a las religio– sas mayores fue siempre y para todas ejemplo de caridad sacrificada". Sor Mª de la Asunción enferma. Cuando Sor María de la Asun– ción tenía cincuenta y pocos años , entregada a tope al servicio de sus en– fermas, se le declaró un proceso reumático muy fuerte y degenerativo que los médicos a quienes se consultó y los oportunos remedios aplicados 68
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