BCCCAP00000000000000000000447

Para la M. Carmen era importante la formación de la persona, pero donde se empleó a fondo, muy consciente de su importancia central en la vida religiosa, era en la práctica de la oración, iniciaba cuidadosamente a sus novicias en ella porque estaba convencida de que una religiosa que no hace oración es, en lo espiritual, como una persona que no respira. Aparte de las horas que directa y diariamente dedicaban a la oración, ponía mucho interés en que sus novicias, durante el día, vivieran sumer– gidas en un ambiente que favoreciera el recogimiento y no quebrantaran el silencio evangélico sin causa justificada: "En el silencio era en ex– tremo rigurosa por un motivo que repetía con frecuencia: el si– lencio con las criaturas da mayor margen a hablar con Dios". Con la misma insistencia trataba de inculcar en sus novicias la pre– sencia de Dios. Solía ayudarles a conseguir este vivir con el pensamiento en Dios con un procedimiento un tanto original que describe. Sor Cora– zón de María: "Para acostumbrarnos a que la oración tuviera más impacto durante el día, inculcaba mucho la presencia de Dios. Esto era como una obsesión en ella; y a este fin, cuando menos lo pensábamos y en medio de nuestras ocupaciones, se acer– caba a nosotras y nos sorprendía con esta pregunta: "Sor X, len qué está pensando ahora?" La novicia contestaba con sinceri– dad, y muchas veces reconocía que en ese momento no estaba pensando en Dios. La maestra no la reprendía, aprovechaba la oportunidad, y según la respuesta de la novicia, mantenía con ella un diálogo o le hacía algunas sugerencias que normalmente le ayudaban a mantener mejor durante el día la presencia de Dios. Para facilitarles la actitud recogida y la presencia de Dios, inmediata– mente antes de incorporarse a los trabajos, hacía que una de las novicias le– yera en voz alta algunos versículos del Kempis. Solía decir también que "el alma que anda siempre en la presencia de Dios no puede pecar". Como instrumento eficaz para adquirir el espíritu de oración, la M. Carmen trataba de iniciar a sus novicias en la oración litúrgica. Una buena familiaridad con la oración litúrgica es una estupenda preparación para la intimidad con Dios en la oración contemplativa. 51

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz