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de entonces, los niños recibían el mismo día los dos Sacramentos, el de la Comunión y el de la Confirmación. El hecho de que Isabel tuviera ocho años cuando recibió la Confirmación avala en parte esta hipótesis; es la edad en que se recibe la Sagrada Comunión en casi todas las pa– rroquias. De Isabel adolescente poseemos ya algunos datos. En primer lugar uno en que demostraba el gran interés que sentía por agrandar sus co– nocimientos. Sus padres pasaban muchas horas fuera de casa para ganar el pan para todos y ella debía preocuparse de la atención a sus hermanos más pequeños, esta circunstancia le impedía muchos días asistir a la es– cuela. Isabel, sabía recuperar las clases perdidas, estudiaba por su cuenta, sobre todo por las noches. Su sobrina, Pilar Pasamar, nos ha facilitado una anécdota sobre este interés de su tía por el estudio. Recuerda haber oído a su abuela Simeona, hermana de Isabel, que, varias veces, la madre encontró a esta, por la mañana, sentada en la mesa, dormida y con la cabeza reclinada sobre los libros, con todas las señales de no ha– berse acostado en toda la noche. Hay otro dato interesante de la pasión de Isabel por incrementar sus conocimientos y recursos para la vida. Se lo debemos también a la buena memoria de Pilar Pasamar. Había en la parroquia de la Asunción de Borja dos hermanos, uno de ellos sacerdote, que no tenían títulos aca– démicos de música, pero poseían buenos conocimientos musicales teó– ricos y prácticos. Estaban encargados de todo lo referente a la música en la parroquia y sabían tocar algunos instrumentos musicales. En la práctica hacían también un poco de "caza talentos"y se volcaban sobre los que veían con cualidades notables o extraordinarias para el canto. A Isabel le gustaba cantar y dio su nombre para incorporarse el coro. En la primera prueba que hizo ante los responsables, estos quedaron sorprendidos de su hermosa voz y le ofrecieron todas las facilidades de que disponían para la impostación de la voz; práctica de solfeo e interpretación de par– tituras en el armonio. Isabel se hizo con unos conocimientos musicales muy valiosos que luego aprovechó en el convento. Cuando llegó a los quince años, Isabel llamaba la atención por su belleza adolescente y fresca; su estatura más bien alta, esbelta; un porte naturalmente distinguido de finos y perfectos rasgos de cara y unos ojos 39
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