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también una casa para servir y en ella fue sorprendida y apresada por al– guna de las bandas de milicianos que registraban las casas. Sor María del Sagrario y Sor Concepción que fueron a buscarla a la buhardilla cuya dirección les habían dado, cuentan lo siguiente: "De regreso a casa nos encontramos con un joven de Escalona, el cual nos contó que, yendo él a por la leche, se había encontrado con la monja de Escalona que iba por una calle céntrica, acom– pañada de una miliciana. Al conocerla el muchacho por ser de su pueblo, preguntó a la religiosa adónde iba y ella le contestó: "No sé donde me llevará esta señora". Este dato, que Sor Mª de la Asunción estuvo en poder de los mili– cianos, acaso pueda armonizarse con otras noticias sobre esta religiosa facilitadas por un señor de Escalona llamado Lucio Rosado. Este señor pasaba algunas temporadas en Madrid, en casa de una tía materna lla– mada Felipa Martín, cuyo esposo ejercía la profesión de guardia civil y estaba destinado en el cuartel situado en la calle Reina Victoria (Madrid). Allí se encontraba Lucio Rosado poco tiempo después de haber sido llevadas las monjas de Escalona a Madrid. Lucio habla primero de las vi– sitas que hizo a las monjas recluidas en el convento-cárcel de las Capu– chinas, las hizo algunas visitas porque en Escalona tenía mucha relación con ellas. En su calidad de albañil, entraba en el monasterio cuando había que hacer alguna reparación. Aparte de las visitas a la Comunidad, Lucio encontró y charló con otra monja concepcionista de Escalona, que, por todos los indicios, no podía ser otra que Sor Asunción Pascual. Conocemos estos encuentros porque el mismo Lucio se lo contó a María del Pilar Villa Rivera siendo esta ya reli– giosa, y Sor María del Pilar, concepcionista de Escalona da cuenta en su in– forme de la conversación con Lucio Rosado. Dice lo siguiente: "Lucio Rosado Martín, me contó finalizada la guerra, y muy emocionado, que vio en Cuatro Caminos, Madrid, a una monja de Escalona con la cual conversó tras saludarla. Uno de los días que fue al mismo lugar con intención de verla, la encontró muerta, reconociéndola perfectamente por las ropas, recordaba que en las visitas anteriores llevaba una bata de cuadros". 309