BCCCAP00000000000000000000447
El capellán les dirigió unas palabras muy breves animándolas a con– fiar en el Señor y actuar en cualquier situación como personas consagra– das. Finalizó su breve exhortación con estas palabras que se les gravaron profundamente en el alma, llena de ansiedad: "Hermanas, ahora es cuando debemos dar testimonio y demostrar que somos solda– dos valientes de Cristo". Terminado el acto breve de la capilla y casi con lo puesto, abriendo la marcha la Madre, se dirigieron a la portería. En la calle recibieron a las monjas unos en silencio y admiración, porque era la primera vez que veían a las monjas y les daba pena del trato injusto a que en aquellos momentos eran sometidas, y otros increpaban a las religiosas con gritos de insulto, expresiones y risotadas soeces. La comunidad compuesta por catorce religiosas se dirigió a la plaza del pueblo en medo del griterío de la chusma, como si se tratara de un grupo de titiriteros o animadores de feria. Durante el trayecto las monjas oyeron de todo, muchas probablemente no habían escuchado en su vida las palabras y expresiones burdas que oyeron de boca de los catequizados por el Ayuntamiento. Empleados municipales condujeron a la Comunidad a la cárcel que estaba situada en el mismo lugar donde hoy está emplazado el Hogar del Pensionista. Allí permanecieron 24 horas, mezcladas y hacinadas con otro grupo numeroso de presos. Durante las veinticuatro horas que per– manecieron detenidas, no se les prestó atención alguna, ni comida, ni bebidas o medios para asearse y satisfacer necesidades higiénicas ele– mentales. Sencillamente fueron tratadas como ganado en tránsito o des– tinado al degüello. Después de la jornada plagada de sufrimientos y tensiones indescrip– tibles, esperaban a las monjas sufrimientos morales más duros durante la noche. Con intervalos de media hora y por separado, una por una, eran llevadas a la comandancia instalada ocasionalmente en el domicilio de Ale– jandro Rodríguez, en la calle actual del Lazarillo de Tormes, nº 10. Allí eran sometidas a interrogatorios interminables durante el tiempo que hiciera falta. Con halagos, falsas promesas y, por último, amenazas, 298
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz