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B.- Perseguidas por la causa de Dios. El 18 de julio 1936 fue el principio de una guerra abierta por parte del Ayuntamiento contra la Comunidad de Concepcionistas de Escalona. En los cuatro años largos que duró la II República; las religiosas pudieron comprobar el cambio de actitud hacia ellas de muchos del pueblo, gana– dos por una junta municipal que, desde la implantación de la República, no perdía oportunidad de manifestar su antipatía hacia ellas. Entre otras arbitrariedades se les prohibió sepultar a las religiosas en el cementerio del monasterio. ( 63 l Desde que estalló la contienda bélica, la animosidad hacia el mo– nasterio fue más clara y agresiva, constantemente difundían en el pueblo bulos y escritos de desprestigio contra las religiosas en las que aparecían siempre como las amigas de los ricos. Quizás el bulo más grueso que di– fundió el Ayuntamiento entre los vecinos contra las monjas, fue que ha– bían envenenado el agua para servicio del pueblo, cuyas tuberías pasaban por la huerta del monasterio. Con este pretexto, el alcalde se sintió con derecho a entrar en el mo– nasterio contra la voluntad de la Comunidad. Acompañado de otros miembros de la corporación municipal, instó a la superiora a que abriera la puerta. Aprovecharon la entrada para registrar todas las dependencias, insultaron y ridiculizaron a las monjas que les acompañaban usando ex– presiones barriobajeras. Cuando lo peritos finalizaron la inspección, cer– tificaron que en el agua del convento no había indicio alguno de tratamiento contaminante, pero el alcalde, a pesar de este resultado negativo no se dignó pedir disculpa a las monjas por las molestias. El hostigamiento a las Concepcionistas continuó mientras perma– necieron en el monasterio. Por un notario que consiguió hacerse carné de socialista e infiltrarse entre los empleados del Ayuntamiento, supieron las religiosas que los elementos más violentos del Ayuntamiento hablaban de prender fuego y volar el monasterio, aprovechando la oscuridad de la noche. Las religiosas se pasaban en vela por parejas todas la noches para controlar desde el campanario los movimientos en torno, a la casa. 296

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