BCCCAP00000000000000000000447

rrieron la grandes matanzas de la Cárcel Modelo, donde murieron cientos de militares, falangistas, sacerdotes, religiosos y multitud de personas, simplemente por ser de ideología diferente a la del Frente Popular como: Melquíades Álvarez, Dr. Albiñana, Ruiz de Alda, Fernando Primo de Ri– vera y otros muchos. Indalecio Prieto, de los pocos políticos de izquierdas con sensibili– dad, cabeza y valentía, se presentó en la cárcel Modelo después de vencer grandes dificultades y cuando comprobó la masacre cometida en sus ga– lerías dijo: "La brutalidad que acaba de ocurrir aquí, significa nada más ni nada menos que hemos perdido la guerra".( 5 oi Impulsados por el miedo y el odio, se intensificaron los registros de las casas por los grupos de milicianos incontrolados, la actividad en las numerosas checas y las sacas masivas para "el paseo matinal" de las cár– celes. En las inmediaciones del cementerio de Vicálvaro se produjeron muchas ejecuciones, cuyos cadáveres se dejaban a la puerta del mismo sin identificación alguna. M. Inés y Sor Mª del Carmen fueron dos de las víctimas de aquellas sacas sanguinarias e incontroladas. Horas de Getsemaní. A las ocho de la tarde, del mismo día en que habían recibido la primera visita de los milicianos, frente a la casa donde se hospedaban las dos religiosas, se paró una vieja camioneta y poco después las puertas de la casa volvieron a ser golpeadas con fuerza, como la primera vez. Cuando el dueño abrió la puerta, se encontró con las mismas caras enigmáticas y matonas de los milicianos, que horas antes habían efec– tuado el registro. Probablemente aquellos esbirros emplearon el tiempo entre la primera y segunda visita para madurar su plan de exterminio de las religiosas. Tampoco en esta ocasión hubo diálogo, cuando el señor abrió la puerta, se limitaron a decir: "Venimos por las monjas, pero vosotros -dirigiéndose al matrimonio- también tenéis que acompañarnos". Se los llevaron por tanto a todos, hasta un pariente del matrimonio que circunstancialmente estaba en la casa. 260