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Las dos Hermanas en Ayala 115. Desde este apartado habla– remos exclusivamente de la M. Inés de San José y su hermana de sangre Sor Mª del Carmen, las dos religiosas de la Comunidad Concepcionista de El Pardo que obtuvieron la palma del martirio. En el reparto de familias-refugio, realizado por Dña. Consuelo, madre del capellán de las Concepcionistas de El Pardo, las dos hermanas carnales tuvieron suerte; fueron acogidas por un matrimonio profundamente reli– gioso y que tenían conciencia clara de que la aceptación de las religiosas en su casa entrañaba sus riesgos pero, por caridad cristiana, había que asumir– los: "En estas ocasiones -decía el señor a las religiosas- es cuando te– nemos que demostrar que somos católicos de verdad y aceptar westra presencia entre nosotros, ya que hoy os veis obligadas a estar fuera del monasterio, por ser esposas de Jesucristo, consa– gradas a El y queréis permanecer fieles a westra vocación". ! 49 l M. Inés y Sor Mª del Carmen vivieron con este matrimonio exacta– mente veinte días y establecieron con los dueños de la casa una envidia– ble y espiritual amistad. Se levantaban muy temprano, hacían la oración, algo más larga que en el convento, porque les sobraba tiempo para ello y cumplían también con sus rezos del convento. Cuando se levantaban los de la casa, ayudaban a la señora en la limpieza de la casa, lavaban la ropa y le echaban también una mano en la cocina. Cumplidos estos me– nesteres, se retiraban a su habitación durante el día para que las visitas no descubrieran su presencia. Cuando no hacía el mes de su estancia en la paz de la familia que les había recibido, los acontecimientos dieron un viraje inesperado. "iVosotras sois monjas!". Era el veinte de agosto de 1936. Sobre las cuatro y media de la tarde, los señores estaban disfrutando del acostumbrado reposo después de la comida, cuando sonaron unos golpes muy fuertes en la puerta de la calle. Por lo desacostumbrado de la hora y el modo de llamar, aporreando la puerta, todos sospecha– ron inmediatamente quiénes eran los visitantes y cuál era el objeto de la visita. No se equivocaron. 258

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