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Cuando sólo contaba cuatro años, quizás aprovechando la visita pastoral del Sr. Obispo D. Vicente Alonso Salgado, Mª del Carmen recibió el Sacramento de la Confirmación en el pueblo de Cabreros, de la pro– vincia de Zamora y diócesis también de Astorga. 148 l En la lista adjunta al acta levantada ese día, de todos los que habían sido confirmados, aparece el nombre de Mª del Carmen de Ángel Rodrí– guez y Catalina Fernández. Después de una niñez y adolescencia como el común de los niños del pueblo, a medida que crece en años, María del Carmen empieza a distinguirse de sus compañeros y compañeras por una mayor sensibilidad religiosa y gusto por los actos de piedad. A los diecinueve años, proba– blemente guiada y animada por su hermana Inés, ya religiosa, y teniendo en cuenta la prevalencia en su corazón de los sentimientos religiosos, llegó a la conclusión de que el Señor la llama a la vida religiosa. María del Carmen ingresó en el convento de Concepcionistas de El Pardo el 16 de junio de 1914.Tuvo más fácil la acomodación al régimen de vida conventual porque contó con la ayuda de su hermana, ya pro– fesa. El 14 de diciembre de 1914 empezó canónicamente el noviciado y el 28 de diciembre de 1915 emitió la profesión temporal cuando contaba 20 años cumplidos. El 28 de enero de 1919 se incorporó definitivamente a la Orden Concepcionista por los votos solemnes. Al revés de lo que sucede con su hermana Sor Inés, no contamos, apenas, con datos sobre la vida religiosa de Sor Mª del Carmen. Esta cir– cunstancia se explica fácilmente, ella no ocupó cargos importantes en la comunidad ni gozó de tanta fama de santidad entre las religiosas como su hermana pero, con toda seguridad, vivió feliz en medio de sus trabajos de hortelana de la huerta. Podemos estar seguros de que Sor Mª del Carmen no tuvo senti– miento alguno de envidia por ver a su hermana socialmente mejor colo– cada en la comunidad y más valorada que ella. A través de los pocos datos que conservamos de su estancia en el convento, tanto en sus rela– ciones con las demás religiosas como en su trabajo, gustó siempre de lo 248

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