BCCCAP00000000000000000000447

Por último, en la actitud de menor, de servidor, veía la M. Inés como una llamada a la conversión. No sólo la invitaba a salir de sí misma, librándola del egoísmo, de pensar excesivamente en sus cosas. El contacto con los miembros que integran la comunidad ponen al des– cubierto nuestro mundo interior, con sus luces las cosas buenas, pero también el lado defectuoso: las envidias, las cerrazones, los defectos de carácter o la falta de virtud; este descubrimiento de nuestra ver– dad la hizo más comprensiva y paciente con todas las limitaciones y pecados de los demás. Un ejemplo revelador de cuanto acabamos de afirmar podemos verlo en la anécdota conservada por Sor Mª de los Dolores y que ya ci– tamos por otro motivo. Viene muy bien aquí como demostración de que la relación con los demás ayudan a descubrir y eliminar nuestras defectos: "En algunas ocasiones -cuenta- cuando en las recreaciones la M. Inés era objeto de bromas de mal gusto o le llevaban la con– traria, a veces se le encendía el rostro y actuaba con cierto ner– viosismo -signo de su carácter fuerte y de su lucha interior– pero inmediatamente recuperaba la paz y florecía en sus labios la sonrisa". Bastan los datos aportados para hacernos una idea del alto sentido fraterno con que M. Inés trataba a sus hermanas y la disciplina que im– ponía a su sensibilidad para que esta no le pasara malas jugadas. Sor Inés Maestra de Novicias. En el capítulo de la comunidad, celebrado en junio de 1932, Sor Inés de San José fue elegida maestra de novicias, responsable, por tanto, de preparar a las aspirantes que de– seaban incorporarse al monasterio de Concepcionistas de El Pardo. La función de maestra de novicias, sobre todo en un convento de clausura, es de primera importancia y sumamente delicado, de cara a la novicia o aspirantes y de cara a la comunidad. En el noviciado se recibe la formación básica teórica y de entrenamiento en la vida religiosa. Hay tres cosas en que la novicia debe estar bastante impuesta al final del no– viciado: Hábito de oración, poseer capacidad de relacionarse con las 242