BCCCAP00000000000000000000447
taban apartadas de la ciudad, seguían a través de las amistades del mo– nasterio, los atropellos, las muertes de personas religiosas, la destrucción de iglesias y el odio que se respiraba en la calle y en el gobierno contra todo lo religioso. Esta situación, moralmente caótica, era para Sor Inés otro motivo grande para intensificar la oración y la penitencia expiatoria. El hambre de ser ante el Señor instrumento de expiación, lo reflejó nuestra biogra– fiada en muchos momentos, sobre todo, en el deseo de sufrir el martirio. Las que convivieron con ella nos han dejado una anécdota muy esclare– cedora: "Un día la Madre Inés, ya maestra de novicias, hablaba a las no– vicias con mucho entusiasmo sobre el martirio, una de las novicias que no sentía por el martirio tanto entusiasmo le dijo: Madre, usted está siempre hablando de la dicha de morir mártir, pida al Señor un poco de ese heroísmo para nosotras". Tendremos ocasión de comprobar en esta misma biografía que el Señor acogió complacido los ardientes deseos de martirio de la M. Inés. Fue de las pocas elegidas de su Comunidad para derramar generosa– mente su sangre en expiación de los pecados de los hombres sus herma– nos, por los que sentía profundo y doloroso amor y misericordia. Toda de todas. Resaltamos en este capítulo otro de los matices más sobresalientes de la personalidad religiosa de la M. Inés. Sus relacio– nes fraternas. Quizás a más de uno de los lectores, después de la descripción hecha de su hambre de oración, haya sentido la tentación de imaginarse a nuestra biografiada como una religiosa de trato hosco y desabrido, de mirada imprecisa y huidiza, bastante distanciada siempre de la comuni– dad y sus problemas, todo para conservar el recogimiento necesario para los ratos de intimidad con el Señor en la oración. Este comportamiento era bastante frecuente antes del Vaticano II en las comunidades religiosas, y lo curioso es que los demás solían acep– tar estos distanciamientos afectivos y efectivo, que hoy consideramos sim– plemente extravagantes, como algo completamente natural, como si el que disfrutaba de la intimidad con Dios tuviera que ser como una especie de burbuja mística en medio de su hermanos. 240
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz