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La tranquilidad de esta bendita monja, concepcionista que no se preocupó de poner inmediatamente esta conversación en conocimiento de la Comunidad de Sagasti, nos ha privado de gran parte del valor de este inapreciable testimonio sobre los últimos momentos de las mártires concepcionistas. Tiene toda la razón, Sor Trinidad cuando ella misma se lamenta con estas palabras: "Con que facilidad les he podido dar todos los detalles de esas últimas horas (de las mártires) y por descuido, por no decir desinterés, me quedé tan tranquila". < 40 l Así sucedió cuando esta conversación llegó a conocimiento de la abadesa de Sagasti, escribió inmediatamente a Sor Concepción para que le remi– tiera la conversación completa, la misma Sor Concepción se comprome– tió a escribir a la mercedaria Sor Mª Luisa que fue la que había sido testigo de la muerte de las religiosas concepcionistas, pero ya era tarde , Sor María Luisa había fallecido dos años antes y las religiosas de la Mu– tual, después de diecisiete años, no eran ya las compañeras de Sor Mª Luis y era lógico que no supieran nada. Pienso que, a pesar de la forma como ha llegado hasta nosotros y por falta de garantías escritas, aunque no pueda aducirse como válido ante un tribunal a la hora de intentar demostrar la veracidad del martirio, el testi– monio de la religiosa mercedaria posee un fondo de credibilidad que no puede negarse razonablemente. Fue prestado de manera completamente espontánea sin que se lo hubiera pedido que informara de los hechos, lo hizo porque al encontrarse con una concepcionista, pensó lógicamente que le interesaría conocer datos importantes referentes a sus hermanas. Además el informe está completamente de acuerdo con lo que se vivía en aquellos días en Madrid y nos da pie para pensar con bastante fundamento que nuestras mártires fueron asesinadas en una de las plazas de Madrid y luego fueron transportadas en un camión y enterradas en Paracuellos, con toda probabilidad en las fosas 4 y 6 que destinadas a personas desconocidas, de las que se desconocían datos personales. Puede ser refuerzo del testimonio de la mercadera Sor Mª Luisa, la forma como fueron asesinados miembros de otros institutos en circuns– tancias muy similares a las de las Concepcionistas de San José. Citamos solo un caso, pero se podrían añadir otros muchos. El que vamos a citar es el de las mártires Adoratrices. Ocurrió el 9 de noviembre de 1936 por 204
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