BCCCAP00000000000000000000447
La Madre Carmen fue la última para entrar en los coches. Se despidió conmovida de los porteros con apretón de manos, besó a su hija María Te– resa Alcaraz y al mismo tiempo que la besaba, y estrechaba fuerte sus manos, dejó en ellas ciento cincuenta pesetas, eran todos los recursos con que contaba entonces la Comunidad de Concepcionistas de Sagasti. Entre certezas y probabilidades. Desde el día 7 de diciembre, en torno a las siete y media de la tarde, en que fueron sacadas del piso Manuel Silvela, nº 19, un impenetrable misterio envuelve el paradero de las religiosas Concepcionistas de San José. Resultaron infructuosas todas las diligencias hechas en los días inme– diatos, por las religiosas acogidas en casas particulares. Tampoco han dado resultado las investigaciones minuciosas realizadas, sobre todo en el Archivo Histórico Nacional ("Causa General", del Ministerio Fiscal); no aparecen tampoco en las relaciones de los sepultados en Paracuellos del Jarama, ni en las listas del Archivo Municipal de los fusilados en Madrid. Esta falta absoluta de referencia en las listas oficiales, da más fuerza al testimonio que nosotros hemos considerado siempre como moral– mente cierto sobre los últimos momentos de las Mártires Concepcionistas de San José, del que daremos cuenta a continuación. Para nosotros tiene todos los requisitos de credibilidad, aunque no valga para presentarlo ante un tribunal eclesiástico a la hora de iniciar la causa de beatificación y canonización por falta de refrendo. Antes de aducir dicho testimonio damos una ambientación histórica del clima social enrarecido que se vivía en Madrid en los días en que fue– ron sacadas las religiosas concepcionistas de su piso de Manuel Silvela. En la segunda quincena de octubre de 1936, y prácticamente todo el mes de noviembre del mismo año, fue un etapa quizás la más trágica de toda la guerra civil para los perseguidos en la Zona Roja. En estos días, -segunda quincena de octubre- las tropas de Franco se acercaron en marcha rápida a los arrabales de Madrid se hicieron due– ñas de Villaviciosa de Odón, Pinto, Fuenlabrada y Móstoles, cuatro días después entraban en Getafe, Leganés y Alcorcón y en los primeros días 201
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz