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t.S:ÍJí Je 1 uieren a.J. {},ncfcioni.Jla.J Pienso que sería injusto y desde luego nada delicado en un trabajo sobre las biogra– fías de la M. Carmen y sus trece campaneras. omitir un agradecido recuerdo para las cuatro religiosas. de la Comunidad de San José. su– pervivientes de la Persecución religiosa del 36. que desempenaron una función muy im– portante en favor de sus hermanas mártires y nos han dejado sus recuerdos. por escrito. La Comunidad abandonó el monasterio. poco más que con lo puesto, pensando que la estancia fuera. sería como siempre cuestión de días. Cuando vieron que las cosas iban para largo, pensaron horrorizadas en la posi– bilidad de morir de hambre. Los alimentos sa– cados del convento estaban ya casi agotados y salir a las tiendas era impensable. Resolvieron la situación . al menos para ir tirando, el carino y la valentía de estas cuatro jóvenes cuyos nombres daremos· al final. Se movilizaron ellas. movilizaron a sus familias y a un pequeno grupo de amigos de la Comunidad. Pero la situación se puso especialmente difícil en la segunda mitad de octubre del 36. Los milicianos apostaron vigilancia perma– nente en la puerta. Las visitas y las ayudas se cortaron en su totalidad. Sólo continuaron viniendo y ayudando a la Comunidad las cuatro jóvenes. Demostraron que era más fuerte el carino fraterno que el riesgo grave de sus vidas. El día que los milicianos se lle – varon a la Comunidad, no las sorprendieron dentro del piso por escasos minutos. Cuando se enteraron que se las habían llevado. demostrando una vez más su amor a tas hermanas. se acercaron a las distintas cárceles y centro de confinamiento para in– dagar su paradero. sus gestiones resultaron infructuosas. Como última demostraciún d<el fuerte carino hacia las hermanas mártires. termina – da la Guerra, a pesar del trabajo agotador y las gestiones que debieron hacer para poner de nuevo en servicio el monasterio. sacaron tiempo para dejarnos en cuatro cuadernos manuscritos. los recuerdos cJe los anos vivi– dos con las mártires y sobre todo la situación dramJtir:a vivida en el piso hasta su martirio. Hoy estos cuadernos son la fuente imprescin – dible de toda historia sobre las relieiosas mártires concepcionistas de San José.