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Apenas marcharon los milicianos, envió la Madre una religiosa a casa de los hermanos de Sor María del Sagrario, para informarles del ofrecimiento que había hecho a los milicianos y comunicar a las dos re– ligiosas -Sor María del Sagrario y Sor Mª Beatriz- que se reintegraran al piso de Manuel Silvela. Cuando la religiosa enviada por la Madre dio cuenta a los familiares de Sor W del Sagrario e informó sobre la conversación mantenida por la Superiora con los milicianos, la reacción lógica de todos fue de natural extrañeza. No se explicaban cómo la Madre pudo ser sorprendida, de ese modo, en su buena fe. Olvidándose de su propio peligro y sólo pensando en el atentado que todo aquel asunto suponía para la seguridad de sus bienhechores, Sor Mª Beatriz dijo a la religiosa que había traído el recado: ¿ Pero, no se dieron cuenta de que ponemos también en peligro a esta familia? Luego intuyendo con toda claridad la intención hipócrita de los milicianos añadió: "Yo iré, pero esta -por Sor María del Sagrario- que se quede". El Sr. Wenceslao, cuñado de Sor María del Sagrario que conocía muy bien a los milicianos, quiso por todos los medios que las dos religio– sas quedaran en la casa, y él se prestaba para hablar con la Madre y ha– cerla ver la trampa del jefecillo rojo. Pero las religiosas, en el transcurso de la conversación, habían pen– sado con más tranquilidad las cosas y temieron que su proceder, que– dándose en el piso, contra la orden de la superiora, fuera una actuación demasiado humana, impropia de su voto de obediencia. En consecuen– cia no aceptaron que el Sr. Wenceslao fuera a gestionar con la Madre su permanencia en el piso. Zanjó las deliberaciones la misma Sor María Beatriz, siempre deci– dida, con estas palabras: "En fin, a nosotras nos basta con obede– cer y marchar con ella", gesto verdaderamente heroico de obediencia, porque estaba completamente convencida de que la vuelta al piso donde residía el resto de la comunidad, significaba enfilar su destino de manera imparable hacia el martirio. Hay una prueba clara de que ella sabía las consecuencias de su vuelta a la comunidad: Dio a Sor Mª del Sagrario la dirección de su familia para que informara a sus padres en el caso de que ella no lo pudiera hacer. 192

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