BCCCAP00000000000000000000447

Según testigos el espectáculo que ofrecía, sobre todo el cementerio del Este, era verdaderamente dantesco, a pesar de que no figuraban en él todos los paseados. Los milicianos abrían fosas donde les parecía y en ellas enterraban por su cuenta y riesgo, sin preocuparse de tomar y faci– litar dato alguno de los asesinados para su posterior identificación. Este proceder salvaje y anárquico explica la desaparición de muchos presos sin que sus familiares hayan podido encontrar rastro alguno de su para– dero. Agravó esta anarquía espantosa la actitud del gobierno, al principio publicó, algunos edictos contra esa marea de asesinatos indiscriminados, pero fueron inútiles tales advertencias y gradualmente fueron disminu– yendo y los piquetes de milicianos actuaban con total impunidad. Estas racias de asesinos llegaron hasta las mismas puertas donde se alojaban algunas de las monjas concepcionistas. Sor Mª del Sagrario nos cuenta como evitaron un registro en el piso de su hermano guardia de asalto: "Una noche en que mi cuñado (el Sr. Wenceslao) guardia de asalto, cumplía servicio y estábamos en casa una hermana mía religiosa de la caridad, Sor Beatriz y yo, se presentaron en el piso un grupo de milicianos para efec– tuar un registro. Ante las llamadas de los milicianos, vacilamos un momento, pero juzgamos más prudente abrir, porque de lo contrario echarían la puerta abajo. Si hubieran efectuado el registro, con toda seguridad nos hubieran llevado a las tres. Una circunstancia yo pienso que providencial nos salvó. En el preciso momento en que abríamos la puerta, se abrió también el ascensor y apareció mi cuñado". El diálogo que se entabló entre él y los milicianos fue el siguiente: iQué hay camaradas? -saludó el Sr. Wenceslao .Y ellos: iDe dónde vienes? "De cumplir el servicio"," ¿y qué vais a hacer?" "Pues a efectuar un registro" "Podéis hacerlo" -les dijo con toda tranquili– dad. Esta sangre fría disipó toda sospecha y los milicianos se contentaron con decir: "De ninguna manera, no faltaría más" y se marcharon. Este incidente fue un rudo golpe a la seguridad de la casa. 188