BCCCAP00000000000000000000447

Pero luego vino la segunda parte. Cuando despidieron al hombre se miraron una a la otra con gesto algo preocupado y pensaron que se habían comportado de un modo un tanto frívolo. Con toda seguridad, en la visita al confesor de la semana siguiente, la canción de "El Serrani– lla'' fue materia de confesión. En la intimidad con Dios. Intentamos dar una idea en este apar– tado de lo más sustancial e íntimo en la persona y en la vida religiosa de Sor Mª Beatriz, el manantial de donde sacaba ella la vida, la luz y la fuerza para ser fiel y moverse en un clima permanente de intimidad con el Señor. Nos referimos a la oración, las horas consumidas de manera total, exclusiva y gozosa en la presencia y diálogo con el Señor, unas veces en el silencio y recogimiento del coro, otras en la soledad fecunda de la celda, cantando las alabanzas divinas o transformando en actos de amor oblativo los diversos quehaceres de la jornada. Sor Mª Beatriz consiguió vivir para el Señor todas las horas del día de manera intensa, acapara– dora e ininterrumpida. En este apartado tendremos en cuenta de manera preferente las horas dedicadas a la oración contemplativa. Con el ingreso en el convento, la oración de Sor Beatriz experimentó una gran transformación, entró en nueva etapa, más amplia, fecunda y absorbente y se convirtió en diálogo permanente con el Señor que lle– naba todas las horas del día. Desde los primeros días de convento y bajo la orientación de la maestra de novicias M. Carmen, "religiosa de mucha oración" que diría Santa Teresa, nuestra hermana se empleó a fondo en la oración contemplativa, como todos los principiantes, hubo de superar la primera etapa, árida, humanamente desagradable, sin gusto y adelanto aparente y luchando para mantener la atención y emplear en ella todo el tiempo que marcaba el horario conventual. En la primera carta escrita a D. Manuel Zapíco, su antiguo director espiritual, se encontraba luchando contra estas dificultades en la oración y en alusión a ella le dice: "Me cuesta la oración, pero con la gracia de Dios superaré lo que ahora me resulta difícil". 143