BCCCAP00000000000000000000447

de Narcisa, ella con ayuda de sus compañeras, obsequió a los padres con una preciosa maqueta de la celda, hecha a base de papel, cartón y cristal sumamente original, en la que no faltaba un solo detalle. Además y esto fue lo que más emocionó a su madre, les regaló un cuadro de flores he– chas con su preciosa melena negro-azabache de que se había despojado en la toma de hábito. Las familias estiman mucho estos obsequios ya tradicionales entre las Concepcionistas en el día de la profesión. Mis padres lo conservaron en lugar destacado mientras vivieron y después de su muerte, pasó a uno de los hermanos que lo conserva con un gran cariño, quizás en el caso de Narcisa se le valora más porque hay una certeza moral de que sea elevada al honor de los altares. Y me figuro que harán lo mismo, los fa– miliares de las restantes mártires. La fecha de la profesión se fijó para el 27 de diciembre de 1925, a las once de la mañana. Después de la Eucaristía realzada con bonitas y muy ensayadas canciones -casi todas alusivas al acto que se celebraba– llegó lo más emocionante: la Madre Abadesa se sentó cerca del altar de cara al público, luego Narcisa fue hacia ella, se hincó de rodillas y con sus manos entre las manos de la superiora pronunció sus votos con la se– guridad y firmeza propias de su carácter. Todos, hasta las mismas religiosas -lo reconocen en sus informes– quedaron grata y profundamente impresionados por la ceremonia; era una delicia -dicen- contemplar a Sor María Beatriz acercarse con paso decidido a la Madre, vestida con su hábito impecablemente blanco y azul de concepcionista, con su silueta juvenil, casi adolescente, el rostro leve– mente encendido por la emoción del momento y unos ojos en cuya in– tensa viveza se reflejaba todo el amor y la ilusión con que la nueva religiosa hacía entrega generosa al Señor de todo su corazón y su vida. Concluida la ceremonia Sor María Beatriz recibió la felicitación ca– riñosa y entrañable de la Madre, abrazos fuertes de las hermanas expo– nentes del mejor espíritu fraterno, hubo también alguna lágrima furtiva de alegría en las más íntimas. 136

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz