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religiosos. También le adelantaban que la recibirían para coro aunque no pudiera aportar la dote, facilidad nada despreciable de cara a la fa– milia, porque la dote era una cantidad, para entonces, notable. En los pueblos había pocas familias que pudieran desprenderse de esa cantidad, en metálico sin importantes sacrificios. D. Manuel no tuvo que pensárselo mucho para satisfacer los deseos de las monjas. Se acordó inmediatamente de Narcisa y de la conversa– ción mantenida con ella en la iglesia. Además, estaba seguro que cumplía con creces todas las condiciones que exigían las religiosas, "cantaba como los ángeles". Era una jovencita de intensa piedad y con una ca– pacidad intelectual y cultura muy superior a la mayoría de las jóvenes. Cuando la Abadesa hizo a Narcisa un pequeño sondeo sobre su nivel cultural, admirada de sus conocimientos, preguntó a sus padre: "en qué colegio había estudiado". Pensando en el alegrón que proporcionaría a Narcisa, D. Manuel no dejó para el día siguiente lo que podía hacer en aquel momento, además era una hora en que hallaría a todos en casa. De dos zancadas-O. Manuel era buen mozo, espigado y nervioso- se puso en casa del Sr. Abundio, es– taban en casa los tres con los que deseaba hablar. Narcisa se entretenía con sus hermanitos en el patio, los padres estaban en la cocina. El Sr. Cura iba abriendo puertas, al mismo tiempo que llamaba con voz recia al Sr. Abundio. Ya en la cocina, se sentó en la silla que le ofre– cieron y cerró cuidadosamente la puerta. Llevaba un asunto para tratarlo con cierta prudencia. De Narcisa ya sabía cómo pensaba, pero descono– cía la actitud que adoptarían los padres, puesto que entre los hijos sólo ella tenía edad para echarles una mano. Había que evitar el riesgo de crear ilusiones en la joven y luego encontrarse con la oposición cerrada de los padres. La embajada de D. Manuel tuvo pleno éxito. La conversación en los días anteriores de Narcisa con su padre, había preparado el terreno como si ella hubiera barruntado lo que iba a suceder. Los padres hicieron presente al Sr Cura el incremento de trabajo que supondría para ellos no poder contar en adelante con la ayuda de 130