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peña de Echani, pero sus habitantes viven al abrigo de los vientos y las nieves porque el pueblo se recuesta tranquilo y acogedor en el fondo del valle por donde discurren mansas y transparentes las aguas del río Arga. En este pequeño pueblo, rincón perdido en las montañas navarras, nació el 27 de diciembre de 1860 a la una de la tarde una niña que fue para su familia doble fuente de alegría, primero porque todo nacimiento viene a multiplicar gozosamente la familia, pero en nuestro caso había además otro motivo el matrimonio formado por José Ochotorena e Isidora Aniz. Habían pedido con mucha confianza e insistencia al Señor una niña, después de dos niños, por eso el nacimiento de la niña significaba también que el cielo había escuchado sus plegarias. Al día siguiente, 28 de diciembre del mismo mes y año, los familiares y el pueblo de Arraiza, sin temor a lo crudo del invierno, celebraron con toda solemnidad el Bautizo de la niña que había nacido con tan buenas expectativas. Derramó sobre su cabecita las aguas regeneradoras del Bau– tismo D. Francisco Arizcun, párroco de la Iglesia del pueblo dedicada a San Miguel. Actuó de padrino, D. José Goldaraz y se la impuso el nombre de Juana Josefa Ochotorena Aniz. Poseemos muy pocos datos de la infancia y adolescencia de Juana Josefa. Sabemos que hizo su Primera Comunión cuando tenía ocho años y el 23 de junio de 1873 fue confirmada en la misma iglesia de San Miguel de Arraiza por Mon. Cirilo Uriz, arzobispo de Pamplona, Juana Josefa tenía entonces 13 años. Actuaron de padrinos en el acto, D. Esteban Ar– mendáriz y Dña. Quintina Lacaz. Cuando Juana Josefa se sentaba con sus compañeras en los pupitres de la escuela de su pueblo y jugaba con ellas en la plazuela de la Iglesia, aún había sacerdote en el pueblo de Arraiza, digo había, porque actual– mente lo atiende el sacerdote del pueblo vecino Zabalza. D. Francisco, el párroco que conoció Juana Josefa y su madre Isidora, sembraron en el corazón y alma de la niña, las primeras semillas de la fe, en forma de ca– riño filial a Dios Padre y ternura y deseos de imitación hacia la Virgen. En el certificado enviado por el párroco y director espiritual, sobre "fe y buenas costumbres" de Juana Josefa, adjuntado a la solicitud de in- 110
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