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En plan un poco jocoso y con cierto carácter de prueba, en la re– creación de la misma noche de llegada y en presencia de toda la comu– nidad, la Madre pidió a Clotilde que bailara o diera unos saltitos. Por lo visto solía hacerlo con todas las que ingresaban, en la primera recreación. Clotilde visiblemente nerviosa y superando el desconcierto que le produjo la salida inesperada de la Superiora contestó: "Madre, puede man– darme lo que quiera, incluso barrer las escaleras de abajo a arriba, pero eso de bailar no". Toda la Comunidad rio la salida de Clotilde, la broma y situación tensa no pasó de ahí, pero la Abadesa pudo vislumbrar la entereza y madurez personal de la nueva aspirante. La nueva aspirante debió someterse en los primeros meses al pro– ceso de adaptación a la vida de monja, completamente distinta a la que había llevado en el pueblo, pero, se acostumbró rápidamente, estaba su– ficientemente curtida para el trabajo durante los años de adolescente y parte de la juventud en su casa de labradores. En cuanto a la piedad, hasta entonces había practicado unas rela– ciones con el Señor y la Virgen superiores al resto de las jóvenes del pue– blo -como tuvimos ocasión de comprobar- pero distaban mucho de las relaciones con Dios que debería cultivar en el convento. Clotilde trabajó con mucho interés por hacer progresos en la oración, se acostumbró tam– bién pronto al rezo de Oficio Divino, y sobre todo, era feliz en los cultos a la Virgen Inmaculada que, como veremos más adelante, era una de sus debilidades. Había, en cambio, ciertas virtudes en las que empezó a destacarse muy pronto la nueva aprendiz de concepcionista. Llamó la atención su humildad, su trato hecho de una sencillez que huía de darse importancia y estaba siempre dispuesta a servir a todas con alegría y naturalidad. Pienso que Clotilde aspiraba a ser como las violetas que abundan en las fincas de su pueblo, ocultas entre la maleza de las cercas, nadie repara en ellas porque son pequeñas y están ocultas. Sólo se dan a conocer porque nos envuelven en el intenso y exquisito perfume de sus diminutas flores. 98