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las hicieron pasar a sus coches Y, antes de dejarlas en clausura, las llevaron a venerar la imagen de Nuestra Señora del Pilar y el sepulcro de santa En– gracia y de los Innumerables Mártires, en medio de un gentío que se agolpaba para verlas, no obstante llevar los rostros cubiertos con el velo. Llegada la comitiva al convento, titulado de Nues– tra Señora de los Angeles, cantó la capilla de la Seo solemnemente el Te Deum en acción de gracias . Al día siguiente fue a visitarlas personalmente el arzo– bispo Manrique, gozoso de ver satisfechos sus de– seos. Estableció la clausura canónica y dio posesión del cargo a la abadesa sor úrsula 4. Formadora de una generación de capuchinas Los nueve primeros años tuvo sor María Angela a su cargo la formación de las novicias y, los cuatro siguientes, la de las jóvenes profesas. Se seguía, en efecto, la norma, pedagógicamente muy acertada, del monasterio de Barcelona de asignar una responsable para las novicias y otra para las ya profesas. Con 21 años de edad, se hallaba equipada cul– tural y espiritualmente para ser ,guía de las jóvenes candidatas, algunas mayores que ella. Había, ade– más, en su porte una gravedad tal, que su hermana solía decirle ya en Barcelona: -Se diría que vas siempre en una procesión. No debe extrañar, con todo, que se sintiera, a sus propios ojos, incapaz para una responsabilidad 4 Los datos son del P. Fons: I. ToRRADEFLOT, Crónicas, II, ;67-73. Véase, además, DIEGO MURILLO, Fundación mila– grosa de la capilla ... y excelencias de la imperial ciudad de Zaragoza, II, Barcelona 1616, 385s; R. A. FACI, Aragón, reino de Cristo y dote de María santíssima. 2 vols. Zara· goza 1739. 40