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2. ENCLAUSTRADA A LOS ONCE AÑOS Surge un convento de capuchinas La reforma ,de las clarisas capuchinas, iniciada en Nápoles en 1535 por la noble catalana María Lo– renza Llonc, se había extendido rápidamente por Italia. En Barcelona se debió la fundación de la pri– mera comunidad a la virtuosa viuda Angela Serafina Prat, natural de Mapresa, entregada a la contempla– ción y a las obras de caridad bajo la dirección es– piritual de los capuchinos; éstos habían llegado a Barcelona en 1578 y en poco tiempo se habían pro– pagado por Cataluña, Valencia y Aragón. Establecida en Barcelona, Angela Serafina se fue asociando un buen número de jóvenes selectas como colaborado– ras en sus iniciativas de celo, especialmente a partir de la epidemia de 1589. Una de las primeras, la más adicta, fue Isabel Astorch. Para entonces, en 1588, había surgido en Granada el primer monasterio de capuchinas por obra de sor Lucía de Ureña, de momento bajo la regla de la or· den tercera de san Francisco; en 1625 adoptarían la de santa Clara. En la esperanza de hacer venir reli,c,i;iosas de esa comunidad de Granada o de algún monasterio de Italia, como fundadoras, se optó por dar forma ca- 17