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18. LOS IDEALES EVANGÉLICOS DE LA FUNDADORA Alegría expansiva en el retiro claustral El padre Antonio de Aguiar, jesuíta, que trató muy de cerca a la madre María Angela, dejó escrita, en su declaración para el proceso, una breve sem– blanza de su espíritu: «Experimenté en ella un dechado vivo de perfección religiosa. En la candidez era una paloma. Su alma estaba tan poseída de Dios, que apenas le quedaba atención para cosa hu– mana... Era tan ilustrada de Dios, que yo me admiraba que pudiese una mujer, sin estudios ni ¡Jetras, escribir, como escribía, tratados es– pirituales de materias tan diferentes v con tanto espíritu y elocuencia, tanta autoridad de Escritura y Padres como en ellos usaqa. En todo lo cual se conocía bien haber sido Dios su maestro. Su alma ardía en amor de Dios; no sabía pronunciar palabras que no fuesen una llama que encendía a los que trataba .. . Nunca le oí queja alguna de 'las súbditas, antes bien era de todas consuelo en sus aflic- • 1 c10nes ... » • ' Traslado, fº 169r. 213