BCCCAP00000000000000000000446
lejos de incurrir en ese extremo; los misterios de la vida del Salvador seguían alimentando su piedad y sus contemplaciones; pero no estaba en su mano cerrarse a la luz que le era dada sobre el ser y las perfecciones de Dios, sobre la Trinidad y sobre cada artículo de la fe. Y el confesor inquisidor tuvo que respetar , una vez más, en su penitente, ese «camino interior», de amplia contemplación teologal. Días más tarde tuvo la percepción infusa del misterio de la inhabitación de las tres divinas Per– sonas. « ¡Si mi alma pudiera hablar! » -exclama-; pero son penetraciones que escapan a todo lenguaj e humano. Es «un nuevo ser no siendo» (fº 195v), mer– cedes que carecen de nombre, porque «sólo el Se– ñor que las comunica sabe cuáles y cuántas son, y yo, que las recibo, en parte; y así son sólo para los dos» (fº 204r). Son anticipos de la unión futura, en la libertad de la eterna felicidad: 190 «Es algo tan sutil y penetrante, que en un instante me desconozco a mí misma, porque me roba el alma y casi el sentido; y no sé cómo es ni cómo declararme: a mi modo de entender es como lo que sucede en un día oscuro y tempestuoso, y de pronto se abren las nubes ... Parece quiere su divina Majestad dar a mi alma un tiento, como en verdad lo hace, de una vista experimental de sus felicidades, por– que se la lleva y atrae para sí tan sutilísima– mente, desnudándola de las experiencias de todo lo 'que es humano, como si no hubiera es– tado unida con el cuerpo ni vivido en el mundo. Puesta mi alma en este estado, intelectual– mente goza de una libertad interior, que pa– rece quererse desasir de las ataduras del cuer– po, y con tales inteligencias e ilustraciones y verdades, que parece entra mi alma en una
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz