BCCCAP00000000000000000000446

12. CARIDAD APOSTÓLICA «En comunidad siempre hacemos oraciones y de– precaciones por las grandes necesidades de la Igle– sia» -escribía sor María Angela en 1642. Y añadía: «Yo querría ser una de las angélicas crea– turas para alcanzar de Dios la demudación de los corazones, y hacer se luciese en ellos su preciosa sangre. Para nada valgo: ¡al menos pudiera ser el quitapesares de mi divino Señor! Y así vivo atormentada... Sabe su Majestad querría que todas las a•lmas de mis hermanos estuviesen unidas con la mía y así no recibiese mi espíritu merced ni misericordia que no la– gozasen ellos, y nos sustentásemos todos jun– tos en la mesa de las divinas gracias. Sí, cierto, los amo con este extremo» (rf 0 114v). Su oración era, a un mismo tiempo, contempla– ción reposada y súplica apremiante. Un día la ilus– tró el Señor sobre el modo más eficaz de practicar la oración de intercesión: l.º, por las almas del pur– gatorio, amigas de Dios; 2.º, por los pecadores; 3.º, «por la conversión de los pueblos y naciones que carecen de la luz de la fe>~; 4. 0 , «por mi madre la Iglesia»; y, en último término, por las intenciones particulares (fº 96r). 133

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz