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"Ustedes llamarán a la puerta, diciendo: Se– ñor, ábrenos. Y les responderá: No sé de dónde son. Entonces empezarán a decir: Hemos comido y bebido contigo y has enseñado en nuestras pla– zas. Y les volverá a decir: No sé de dónde son. Retírense de mí, agentes de iniquidad" (Le. 13, 25-27). "Llegaron las vírgenes necias diciendo: Señor, ábrenos. Pero El respondió: En verdad les digo,· no las conozco" (Mt. 25, 11-12). Todos los criterios de perfección: profecía, milagros, predicación, virginidad, serán de relativo valor. ¿Qué es lo que decidirá en definitiva?. El amor, la solidaridad con los pobres: "Tuve hambre y me dieron de comer; tuve sed y me dieron de be– ber; era forastero y me acogieron; estaba desnudo y me vistieron; enfermo, y me visitaron; en la cár– cel y vinieron a verme" (Mt. 25, 35-36). Es el cri– terio no de la autosuficiencia, sino de la cercanía, de la misericordia: el criterio del samaritano. Y la fundamentación teológica de por qué la cercanía al pobre nos lleva al Reino, es porque antes Dios se ha acercado también al pobre; de donde quien se acerca al pobre, se acerca a Dios. El pobre es el sacramento de la presencia de Dios. -73-