BCCCAP00000000000000000000444

meditar el salmo 146: "No pongan su confianza en príncipes, seres humanos que no puden salvar". Es una gran verdad, y sin embargo vamos siempre buscando el arrimo a los poderosos, queremos ha– cernos amigos de Manmona, a pesar de que Jesús nos previno: "No se puede servir a Dios y al dine– ro" (Le. 16, 13). Ninguna institución es portadora de gracia automáticamente. Toda institución tiene el com– promiso de adecuarse a la voluntad de Dios me– diante la fe y la obediencia. Pero muchas veces nos dispensamos de este esfuerzo. Uno puede afirmar: "Ya estoy bautiza– do".. Y no. No basta. Uno tiene que correspon– der con las exigencias del bautismo, de lo contra– rio, perdiste tu tiempo. Con la monarquía de Israel ocurrió una cosa muy grave. El caso típico fue el del rey Salomón. Se llegó al máximo esplendor: un ejército podero– so, un templo soberbio, una casta sacerdotal al ser– vicio del monarca... y un pueblo pobre, reprimi– do. La soberanía de Dios quedó subordinada al proyecto del rey. Ya no es un Dios en libertad, sino un Dios controlado por el poderoso y su cor– te sacerdotal. Así las cosas, Dios sirve para legiti– mar cualquier capricho del rey, que ejerce el mono– polio religioso. A Dios lo han secuestrado los prín- -34-

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz