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Dios tiene su dignidad y no quiere rebajarse en ese sentido. Más adelante te diré en qué sentido Dios ha querido rebajarse. Tienes que aprender a renunciar a construirte imágenes de Dios. Es una manera de honrar a Dios, de respetarlo. Por otra parte, si Dios prohibe que los hombres hagamos imágenes de Dios, es para llamar la aten– ción sobre 'la imagen que Dios ha hecho de sí mis– mo. En el Génesis dijo: "Hagamos al hombre a nuestra imagen y semejanza". Dios quiere que le busquemos entre los hombres, y no entre otras imágenes que son producción nuestra. Es un error craso pensar que podemos dar culto a Dios pisoteando al hombre. Eso es negar la ima– gen de Dios. Y aquí está el fallo fundamental de la religión de los opresores, que se fabrican su propia imagen de Dios mientras pulverizan la imagen que Dios nos ha dado de sí mismo. Lo advirtió Jesu– cristo: "Llegará la hora en que todo el que les ma– te piense que da culto a Dios" (Jn. 16, 2). Y entre todos los hombres hay una imagen excepcional de Dios, que es el mismo Jesucristo, hombre verdadero y Dios verdadero. Dios se hu– manizó, se hizo imagen. "El que me ha visto a mí, ha visto al Padre" (Jn. 14, 9). San Juan escribirá entusiasmado: "Lo que hemos visto con nuestros - 25 -