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ADORAR !DOLOS Creo que el problema en América Latina no es el ateísmo, o con otras palabras, demostrar la exis– tencia de Dios. En este Continente, más o menos, todos somos creyentes. La dificultad está en dis– tinguir a esos ídolos enmascarados que se hacen pasar por Dios. Vivimos un carnaval y los disfra– ces nos engañan. ¿Cómo descubrir al buen Dios?. Hay algunas señales que no son definitivas pero orientan. El ídolo al hacerse pasar por Dios, va bendi– ciendo el orden social imperante. Bendecir es afir– mar que está bien. El ídolo dice que está bien que haya opresores y oprimidos. Justifica la distinción entre ricos cada vez más ricos, y pobres cada vez más pobres. Adorar ídolos es aceptar el presente, pero negar un futuro distinto. No hay lugar para la esperanza. Esta es una señal que descubre al ídolo. Además el ídolo reclama víctimas, se alimenta de sangre, al permitir que muchos lleven una vida infrahumana. Como defiende que todo debe seguir igual que ahora, está legitimando el empobreci– miento de tanta gente. Esto es terrible. -21--
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