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La última indicación :de E. Nícol 'en torno al hombre consistiría en determinar qué sea el espíritu. He aquí" sus palabras: «El espíritu es una acción realizada por un ser al que podemos llamar espiritual porque tiene la potencia de espiritualizar su vida, no porque podamos distinguir en él dos realidades contrapuestas, una de las cuales sería substantivamente espíritu y la otra substan– tivamente extraña al espíritu. ,Fenomenológicamente es manifiesto ·que el ser espiritual sólo puede actuar, o realizar actos que se cua– lifiquen de espirituales, porque tiene un cuerpo» 159, e) Las dimensiones de la temporalidad Hablar de las dimensiones de la temporalidad supone enfrentarse a la acción, ya que sólo en ella percibimos el presente, el pasado y el futuro. Pero, si bien el análisis de estas dimensiones intenta penetrar en cada una de ellas, es prácticamente ·imposible aislarlas, dada su in– terrelación. Es una evidencia inmediata psicológica que v1v1mos siempre en un presente. El presente es el punto de referencia para determinar, por un lado, lo que ha sido -el pasad~ y lo que será -el futuro- . Tal referencia encierra una determinación cualitativa 160 • · El presente;· en sí mismo, es vivido «como algo temporal y no instantáneo; como un proceso en el qu~ se temporaliza nuestro aho– ra» 161 • Pensar el presente como un ínstante absoluto .serí~ sustraer de él la duración, aceptar, como la única posible dmación, la duración pura de Bergson, e introducir en el mundo humano un tiempo homo– géneo ·162. 159. PSV 67-68. 160. E. Nícol recuerda nuevamente que tanto la psicología como la ~losofía han sido incapace~ de explicar adecuadamente el presente por aplicar y usar el concepto apstract9 de tiempo en .s_~s análisis, un concepto cuyo uso es legitimo en la física o la matemática, pero no en las ciencias humanas (Cf. PSV 72-73 ). Que las determinaciones hayan de entenderse en sentido cualitativo, lo descubrimos con la simple consideración de lo que q~~remos expresar al hablar de proximidad o lejaní~ tanto respecto del pasado c_omo del futuro. Un acontecimiento pasado --o algo que se espera en el futuro-- está lejano o cercano no por una razón cronométrica, de despliegue cuantitativo, sino «por la cu~fü:lad mism_a de la ~perienci'!, y su relación con la del presente» (PSV 71). 161. PSV 73. 162. «El ahora no -es, pues, un instante absoluto sin duración. Aun el instante ten– dría alguna duración. Pero si quisiéramos designar con el término instante la simple sutura matemática del pasado con el fu.tura, el instante no seria verdaderamente n~da, porque cualquier intervalo que hubiese entre el extremo próximo del pasado y el del futuro inmediato pertenecería ya al pasado o .sería del futuro, o en parte del pasado y en_- 11ªrte del futuro, 11ero nada en sf mismo» (PSV 72). Esta consideración absoluta del presente ~er!a, _µna _yez -~ás,_~Ol)St;~en~i~ ge _la_-cq~c_ep_ción_abstra_cta,__cu~ti!a!iva .4~1

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