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La necesidad de detenernos en la exposidón y crítica de la re1vm– dicación del tiempo que hace Bergson 126 , es manifiesta cuando leemos estas palabras escritas por E. Nícol: «El antecedente de Bergson era de una actualidad irrevocable. Su filosofía es una metafísica del tiempo y del espacio. Resalta en ella -la concepción cualitativa del tiempo humano; el cual se distingue del tiempo espacializado que emplea la ciencia natural. Esta idea de un tiempo vivido, irreductible a cuantificación, era tan certera, y tan fun– damental para la psicología, que con su examen comenzó precisamente la teoría de las situaciones» m. La idea capital de Bergson analizada en Psicología de las Situaciones Vitales es ésta: «La distinción entre la duración pura, como "forma que toma la sucesión de los estados de conciencia cuando el yo se abstiene de es~ tablecer una separación entre el estado presente y los estados ante– riores", y el tiempo homogéneo como un símbolo espacializado de aquella duración pura, como una cuarta dimensión del espacio» 128, Y el propósito perseguido por E. Nícol fue: « Una descripción de los datos del conocimiento psicológico, to– mando como base la experiencia en general, y descubrimos que, co– mo tales datos, son también inmediatos, pero no comciden con los descubiertos por Bergson» 12!1, Vengamos a la exposición de Bergson. Hay dos modos de percibir el tiempo: a) Como duración pura. b) Como duración fraccionada, contando y numerando. 126. Bergson supuso un enriquecimiento respecto de Kant en el tema del tiempo. Para Kant el conocimiento se basa en la intuición sensible y ésta preforma todo conoci– miento a través de las formas o condiciones a priori del espacio y del tiempo, dos medios homogéneos, vacíos, ilimitados e indiferentes. «Lo que Bergson afirma, frente a Kant, es que el espacio y el tiempo no son «dos representaciones necesarias de magnitudes infini– tas dadas», sino que son dos conceptos producidos por un esfuerzo de la inteligencia. Y que lo dado inmediatamente en la conciencia es la percepción de lo extenso como algo cualitativo y la percepción de la duración como algo asimismo cualitativo» (VH 108). Cf. también 106-107, 111. Pero, a pesar de la reivindicación que Bergson hace del tiempo, mantiene en su filo– sofía un dualismo en la realidad (materia-espíritu, cuerpo-alma, espacio-pensamiento) y en el campo epistemológico (razón-intuición) (Cf. HE 263-264; CRS 99; VH 114-115). 127. CRS 94. 128. PSV 44. 129. Ibid. 57

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