BCCCAP00000000000000000000442

b) La existencia del ente es relativa en el sentido de in-necesaria, porque no posee en sí la razón de su existencia. c) La existencía del ente es precaria, porque, además de advenir al ser, dejará de ser. En este punto se manifiestan dos presen– cias del no-ser en los entes: le) Potencia del no original o poder-no-haber-sido. 2c) Impotencia correlativa o imposibilidad de evitar el no-ser final. . 5) El ente es cambiante: es decir, está en conexión con el tiempo. Y aquí aparece otra forma, la tercera, del no-ser en el ente. Se trata de la «impotencia mediana, que es la imposibilidad de ser sín cambiar, porque el cambio es ser y no-ser : ir dejando de ser mientras llega el dej ar-de-ser definitivo» 36 • Ahora bien, si toda existencia es contingente, si carece de intrín– seca necesidad, el absoluto es un requerimiento tanto lógico como .real, ya que «la totalidad de la contingencia es inconcebible porque es imposible» ;r,. Teniendo delante los atributos del ente señalados por la metafísica tradicional, se pasa a establecer los atributos del absoluto casi como negaciones automáticas de los caracteres del ente. Y así : 1) El absoluto es mediato ; lo que debe hallarse. 2) El absoluto es imperceptible; es lo inteligible. 3) El absoluto es ilimÍtado. Esto incluye : a) Plenitud del ser. b) Proscripción del cambio. 4) El absoluto no es relativo, sino que es plenamente autosu:6.– ciente. 5) El absoluto es inmutable en su mismidad sin ser afectado por el tiempo 38 • De todos estos atríbutos, la metafísica tradicional señala, como no– tas decisivas, la intemporalidad y la trascendencia. Esta última impide que se pueda obtener una revelación del absoluto, pues «lo puramente pensado viene a ser lo meramente pensado. Falta algo más para que el absoluto adquiera, por así decirlo, una figura real. 36. ih 62. E. Nicol resalta la incongruencia que supone admitir que la existencia del ente está conectada con el tiempo y, al mismo tiempo, como el existente no pierde su ·unidad entitativa, se le sustrae al tiempo. Así, el problema del ser y del tiempo se r econoce, pero no se resuelve (Cf. ih 66). 3 7. ih 62. 38. «Desde el Ser de Parménides, que se caracteriza como inmóvil (dx{vr¡'tov), hasta -29

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz