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verdades de hechos y procedía de manera racional estableciendo los atributos del ente, que se resumían en la contingencia, y los atributos del absoluto, negación de los del ente 32 • Examinando los entes, se determinaba que: 1) El ente es inmediato, es decir, lo dado. Y todo lo «dado» esta– ría afectado por la condngencia, en cuanto que «ninguna existencia posee intrínseca necesidad» 33 • 2) El ente es perceptible, aunque su idoneidad no se revela en la mera presencia, sino en «lo puramente pensable». 3) El ente es limitado, es decir: «el ente es el mismo, pero su propia limitación lo refiere a un otro funcionalmente, y lo implica lógicamente» 34 • Por tanto, el ente no tiene en su ser la razón del ser que posee. Remite a los otros entes en estos puntos: a) El ente no se genera a sí mismo, sino que recibe el ser de otro ente, que, a su vez, es igualmente contingente. . b) La limÍtación del ente aparece también en la «razón» de su ser que remite a otro ente, de la misma condición contingente. c) El ente es limitado en tanto que «singular», ya que implica la existencia de otros entes que lo trascienden. 4) En ente es relativo. En varias dimensiones: a) La existencia del ente es solidaria con los demás entes y, por tanto, es «pluralidad» 35 • 32. A este proposlto, podemos recordar frases como éstas: «La asociación entre el atributo de la trascendencia y el de la inmovilidad (intemporalidad) es decisiva. A ella se deben la uniformidad con que la tradición metafísica ha sustraído el ser a la expe– riencia común, y ha reservado para una experiencia privilegiada -previa una suspensión de lo primariamente patente- la facultad de entrar en contacto con el ser propio y autén– tico... Todos los metafísicos coinciden en este sentido con la degradación ontológica de cuanto nos rodea, y de la correspondiente degradación de todo conocimiento que no logre atravesar la zona de las oscuras sombras del ser: las sombras son fenómenos, y por esto el fenómeno adquiere en metafísica un significativo peyorativo, respecto del ser» (ME 171- 172). Cf. me 94-95. En PC señala: «Se consideró evidente, como es en efecto, que todo lo que existe es contingente, es decir, que postula el absoluto en la misma privación del absoluto que le es constitutivo. Siendo esto así, se creyó implícitamente que el absoluto, como quiera que se concibiese, debía estar aparte del existente concreto, pues éste sólo presenta el dato de la privación. Y si no estuviese aparte, consistiría en la totalidad del Uno, que tampoco es asequible a la experiencia» (pp. 362-363). El análisis que hacemos a continuación, al margen de las citas concretas que aducimos, se encuentra expuesto en ih 61 ss. 33. ih 62; Cf. también 64. 34. ih 66. 35. «El uno, como uno solo, se puede contabilizar, pero esta soledad no es nota de la existencia» (ih 61 ). 28

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