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col propugna un cambio fundamental, ya que el absoluto, el Ser, está presente de modo inmediato, afumándose la unidad de permanencia y cambio, de lo absoluto y lo relativo. Por ello, su metafísica se pre– senta: 1) Como fenomenológica: partiendo de lo dado, de los hechos, de la evidencia pre-científica y universal del Ser. 2) Como dialéctica: porque lo dado está constituido realmente en su existencia por opos1c10nes y contradicciones, que nuestro conoci– miento tiene que explicar sin recurrir a principios puramente especu– lativos. La antropología es uno de los temas preferidos de E . Nícol. E. Nícol estudia al hombre en su actualidad y en su composición ontológica. En cuanto actualidad, el hombre está definido por su situa– ción vital, en la que aparecen todas las determinaciones cualitativas temporales y espaciales. La obra fundamental a este respecto, Psicolo– gía de las Situaciones Vitales, es un diálogo inicial con la psicología moderna para analizar más tarde la temporalidad del hombre. Cohe– rentemente con el método empleado en la metafísica, también en psi– cología procede medfante la experiencia o conocimiento inmediato, concreto, de lo vivido aquí y ahora, lejos de toda abstracción. Presentar la actualidad del hombre supone un larguísimo diálogo con Bergson, a través del cual emerge la temporalidad que vive el hombre en la situación vital, unidad en que se integran el sujeto y la circunstancia, lo personal y lo trans-personal, en un movimiento expresivo. Ontológicamente, y a fin de que puedan ser explicadas las muta– ciones históricas, E. Nícol propone una concepción dual del hombre en la que invierte la tradicional explicación del mismo como acto Jalma o espíritu) y potencia (cuerpo). Acto o ser serán en el hombre la vida natural o bíológica junto con las potencias espirituales ya rea– lizadas; y, al mismo tiempo, el hombre puede ser porque su ser no está formado definitivamente. El modo como el hombre actualiza sus potencias es la historia, cuyo cauce radical es la transformación de los vínculos entre el individuo y la comunidad. La «teoría de la mun– danidad» es el marco que encuadra toda la condición humana al reco– ger y expresar la relación del yo (de cada hombre) con el no-yo. Otras cuestiones antropológicas (como la expresión, la causalidad histórica, la relación histórica del conocimiento, la teoría de la mun– danidad) son planteadas y resueltas desde la definición del hombre como «ser _histórico>>. '2ó

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