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Los problemas de la .Misión de Etiopía y del África oriental2 3 • De momento no obtuvo más que buenas palabras tanto en Londres como en París 24 • Durante el viaje de regreso (abril 1851) mons. Massaia decidió probar fortuna con el mismísimo abuna Salama, escribién– dole una carta por medio del explorador francés Arnauld Th. d'Abbadie, en la que le invitaba a cesar la persecución contra los católicos y abrazar la verdadera fe, ofreciéndose a convertirse en siervo suyo. La respuesta del abuna fue genérica e incluso chocarrera 25 • La misión lazarista entró en la fase de verdadera devastación al apoderarse el aventurero Kasa del trono abisinio después de eliminar a Alí y a Ubié y hacerse consagrar emperador (febrero de 1855) con el nombre de Teuodrós II. Meses antes (de julio a noviembre de 1854), Kasa había encerrado en la prisión de Gondar a mons. De Jacobis, que había acudido a defender sus fieles encarcelados. Desde su prisión mandó, el 20 de setiembre, una extensa relación a Propaganda, en la que proponía se presionara a las potencias euro– peas para que éstas obligaran al patriarca de Alejandría a reparar los daños, incluso materiales, que su abuna había causado a los católicos; más concreta– mente sugería que Pío IX pidiera al emperador de Francia interviniera ante Kasa para que éste concediera a los católicos la libertad religiosa ya otorgada a musulmanes y protestantes. El cardenal prefecto G. Filippo Fransoni envió una copia de esta al embajador francés en Roma, quien el 24 de marzo de 1855 la trasmitía a su gobierno con esta recomendación: « L'on pense que l'intervention du Consulat général de France a Alexandrie pourrait s'ex– ercer utilement dans le double intérét de la religion et de l'influence fran– ¡;aise. » 26 También mons. Massaia en una súplica al papa, del 27 de noviembre del mismo año 1854 abogando por la libertad de mons. De Jacobis, pide que intervenga ante las potencias europeas (Inglaterra, Francia y Austria) para que con regalos y misiones diplomáticas paralicen la persecución 27 • Esta vez Francia se decidió a mover algo sus resortes diplomáticos. En marzo de 1855, por medio del cónsul general en Alejandría se obtuvo que el nuevo patriarca Daud-elegido en 1852 con el apoyo del cónsul francés en El Cairo, y por tanto deudor hacia Francia 28 - escribiera una carta al abuna Salama 23 Carta de Du Havelt (31 enero 1851) en Rev. Hisr. Missions XVI (1939) 441 s; copia en se vol. 5 f. 352r_35y_ 24 G. Massaia I 186-195. El cónsul francés en El Cairo, A. Le Movne, en su carta del 23 de febrero de 1852 sobre las arbitrariedades de las autoridades musulmanas de Massaua y sobre la persecución del abuna, sugería al ministro que las naves de guerra de la base de Bourbon aparecieran más frecuentemente por el Mar Rojo y se detuvieran de cuando en cuando en la costa oriental de África: Rev. Hist. Missions XVI (1939) 583-587. 25 G. .Massaia II 5-8. 26 Rev. Hist. Missions IX (1932) 556-564. 27 se vol. 5 f. 863'-864V 28 Rev. Hist. Missions XVI (1939) 588. Este patriarca, siendo abad del monasterio de S. Antonio, había sido enviado por el abuna Salama en 1850-1851 a localizar y 348

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