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Los problemas de la Misión de Etiopía renovación a tiempo, por dificultades de la correspondencia con Roma, le produjeron grandísimas angustias y ansiedades de conciencia 97. No obstante sus facultades, sometió, repetidas veces, a la Congregación varias series de dudas sobre la administración de los sacramentos y la licitud de ciertas prácti– cas, cultuales y éticas, que reflejan el folklore religioso y moral de las poblacio– nes gallas 98 . La formación y educación del clero indígena galla - todo él de rito latino– fue, como para mons. De Jacobis, la más viva solicitud de mons. Massaia, el cual adoptó, como hemos dicho, el mismo sistema del seminario itine– rante99; aunque también intentó la formación de una élite de misioneros indígenas con la fundación del colegio de Marseille, en clima latino y con vistas también a una más fácil obtención de recursos a través de la Obra de la Propagación de la Fe, radicada en París y en Lyon. El colegio, erigido en 1866, fue disuelto en 1870 por las perturbaciones políticas de Francia y también porque el clima europeo minaba la salud de los alumnos. Como mons. De Jacobis, también Massaia hizo el ensayo de un clero monástico, o más propiamente, un monaquismo misionero, con la creación de una Sociedad de Sacerdotes Misioneros de la Tercera Orden de S. Fran– cisco para las misiones entre infieles, y particularmente de África. Las reglas, redactadas en francés por el P. Léon des Avanchers, fueron eviadas para su aprobación a la S. Congregación, que el 23 de marzo de 1857 las pasó al examen del procurador general de la Orden capuchina; su informe fue negativo, alegando que la conversión de los negros era ya la primera finalidad de los misioneros europeos enviados a África 100 . Conclusión Como se ha podido ver, la penosa situación, política y religiosa, de Etiopía no permitió muchas intervenciones directas y determinantes de la S. Congre– gación en el régimen de las misiones etiópicas; pero Propaganda tuvo la suerte y el acierto de haberlas encomendado a dos apóstoles de talla excepcional: el beato Giustino De Jacobis y el futuro cardenal Guglielmo Massaia, en 97 Cartas al prefecto de Propaganda (Pentecostés de 1855): G. Farína 184-188; E. Martire 291-295; (8 noviembre 1855): SC vol. 5f. 122or-1232v; G. Farina 189-192; E. .Martire 295-298; (8 diciembre 1856): SC vol. 5 f. 1156r-1159v; G. Farina 196-198; E. Martíre 300-302. El rescripto con la prórroga de las facultades le fue enviado el 20 de febrero de 1857: se vol. 5 f. 1215'. 98 Las dudas pasaron a la Congregación del S. Oficio; véanse sus instrucciones del 28 de marzo de 1860 de 20 de junio de 1866: Collectanea S. Congregationis vol. I 649 s, 715-728. G. Massaia VIII, 59 s. 10 º se vol. 6 (1858-1860) f. 474rv, 476'-505V (texto de las constituciones). Cf. se vol. 5 f. 684'-685v; G. Farina 175-177, 193-195; E. Martíre 284-286, 298-300. 362
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