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538 ENRIQUE RIVERA ha captado el sentido de la misma. Esto es mucho «comprendern, pero en este caso aún no nos hacemos cargo de la totalidad del suceso humano. Estos análisis diltheyanos, traducidos a nuestro lenguaje español, nos fuerzan a desdoblar nuestro verbo «comprendern en otros dos verbos que expresan matices distintos: «entenden> e «intiman>. Entendemos una cosa cuando no solamente nos explicamos cómo ha venido a ser, sino cuando «sabemos a qué atenernos» respecto de ella. Esta terminología muy orte– guiana y que J. Marías ha exquisitamente expuesto 8, nos dice mucho de lo que es la cosa, mucho más que la mera explicación por sus causas. Pero todavía con este «entender» no se ha penetrado en la mismidad de la cosa. Todavía el conocimiento se ha quedado en algo periférico a la cosa misma. Ha percibido su sentido. No ha llegado a intimar con ella. Es que el «intiman> se adentra más en la conciencia del otro que el «explicar» y el «entendern. Declara bien esto H. Bergson al definirnos en estos términos la intuición, que es el mejor procedimiento para intimar: «La sympathie par laquelle on se transporte a l'intérieur d'un objet pour coincider avec ce qu'il a d'unique et par conséquent d'inexprimable» 9 • Con la intuición bergsoniana ya no sólo sabemos a qué atenernos, sino que nos es dado penetrar en lo más hondo de la realidad. En este mo– mento la «autognosis histórica» de W. Dilthey se da la mano con la in– tuición de H. Bergson, supremo ápice del saber según ambos pensadores. En España P. Laín Entralgo ha escrito una significativa obra, Teoría y realidad del otro 10 • Enseña a penetrar en la otredad. Lo cual sólo es factible con la práctica de métodos como la intuición bergsoniana y la autognosis de W. Dilthey. Estos métodos parecen abrirnos la puerta que da al santuario de la conciencia. Estas veredas ocultas de acceso a la intimidad del yo ajeno pueden y deben ser enriquecidas por los análisis fenomenológicos de la «impatím> y «simpatía», en los que Max Scheler ha penetrado con extraordinaria lucidez. Sobre ello reiteradamente volveremos. Baste ahora esta referen– cia al prof. A. Pintor-Ramos que ha analizado detenidamente estos dos procedimientos descritos por M. Scheler en virtud de los cuales somos s Especialmente lo hace en Introducción a la filosofía, 2 ed., Madrid 1961, p. 256-274. 9 En Introduction d la métaphysique, Oeuvres, Edition du Centenaire, París 1963, p. 1395. Teoría y realidad del otro. I, El otro como otro vo, nosotros, tú y yo. II, Otredad y Projimidad, Madrid 1961.- En Ejercicios de comprensión, Madrid 1959, p. 11-20 bajo el título: Teoría de la comprensión, resume sus ideas acerca de este tema.
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