BCCCAP00000000000000000000435

542 ENRIQUE RIVERA rico sin este estrato primero y profuno de la fe ambiental. Sin embargo, en las vidas de San Francisco al uso parece que este hecho tan básico se da por sabido y no se lo analiza en lo que tiene de más característico en aquella época. Esto es tanto más necesario por cuanto hoy se mul– tiplican los estudios sobre la actualidad del mensaje de San Francisco. Ahora bien, ante estos laudables conatos, se impone al pensador reflexivo este interrogante, por el que se pregunta a sí mismo cómo es posible que un Santo, producto de un ambiente de fe, puede hablar a un mundo tan profundamente secularizado como el actual. Pero si el ambiente eclesial que rodea a Francisco es de una fe inge– nua, pero sólida, la Iglesia muestra flancos muy débiles por arriba y por abajo. Es indudable que el Papado al ápice de su poder en los días de San Francisco. ¿Fue ello en beneficio espiritual de la Iglesia? San Francisco, inmerso en esta situación, tuvo que contar con ella. Es cierto que no la critica, pero, ¿la acepta? La tesis protestante ve en oposición a Francisco y a la Iglesia oficial. El escritor de nuestros días, K. Ipser, subraya igualmente las tensiones que hubo. Pese a todo ello, las fuentes y el espíritu del Santo nos hablan de que contó siempre en toda su acti– vidad con la «Sancta Mater Ecclesim>. He aquí una circunstancia de la vida de San Francisco, al que se alude casi siempre, pero que es necesario estudiar en toda su amplitud y complejidad 10 • Si por arriba la teocracia era una fuerte tentación para el Papado, por abajo los movimientos heréticos turbaban la paz y ponían en peligro la vida cristiana del pueblo. En estos movimientos debe distinguirse dos direcciones muy diferentes. La primera estaba motivada por el escándalo interno ante la prepotencia política y económica de la Iglesia con un deseo de volver a la primera pureza evangélica. Suscitó movimientos po– pulares que en principio la Iglesia aceptó y que se descaminaron por la rebeldía y la contumacia. Tales fueron, entre otros menos importantes, los Valdenses y los Pobres de Lyón. La segunda dirección hizo suya esa tétrica doctrina oriental que lleva el hombre de maniqueísmo y que en el Tü La tesis protestante es la divulgada por P. Sabatier en su conocida Vida de San Francisco.- K. IPSER, Franziskus, der himmlische Kommunist. Welterneuerung aus dem Vatikan?, Mainz 1967, radicaliza desde dentro de la Iglesia la tensión entre la actuación oficial de ésta y San Francisco.- El aspecto constructivo del tema lo estudian K. ESSER, Sancta Mater Ecclesia, en Temí spirituali, Milano 1967, p.147-199; A. GHINATO, San Francesco nella Chiesa e per la Chiesa, en Quaderni di spiritualita francescana, n. 7 (1964) 22-42.

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz