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88 EL MENSAJE DE LA BIBLIA Antioquía, las rtniversidades medievales donde se formaron los maestros escolásticos, aún hoy insuperables en muchos as– pectos, tenían como base de su enseñanza la lectura, expli– cación y defensa de los Libros Sagrados. Los documentos pontificios son un fiel reflejo de esta preocupación constante de la Iglesia. LS PAPAS ORDENAN AL SACERDOTE EL ESTUDIO DE LA BIBLIA León XIII, en su maravillosa encíclica ((Providentissimus Deus)), llamada por Pío XII en la «Divino afflante Spiritm> «Ley fundamental de los estudios bíblicosJJ, refiriéndose a la formación del clero, desea que quienes han «sido llamados por la gracia de Dios a las órdenes sagradas pongan de día en día mayor cuidado y diligencia en leer, meditar y expli– car las Escrituras, pues nada hay más conforme a su estado)). Recomienda a los teólogos, al proponer los fundamentos de los dogmas, desentrañar concienzudamente los pasajes de ]a Biblia que tengan relación con ellos e insiste en la necesidad apremiante de formar buenos profesores de Escritura, según lo exige la importancia de la disciplina y lo aconsejan los tiempos. El Papa San Pío X, en las Letras Apostólicas «Quoni:.Lrn in re bíblica)), sobre la enseñanza de la Escritura en los semina– rios , 27 de marzo de 1906, expone cuáles son la mente y las exigencias de la Iglesia con relación a la formación del clero en los estudios bíblicos. «Dado que los estudios bíblicos tienen hoy tanta importancia corno acaso nunca hasta el presente, es absolutamente necesario-dice el Papa-que los jóvenes clé– rigos sean diligentemente instruídos en la ciencia de las Es-

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