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P. CARLOS DE VILLAPADIERNA 79 grados ... : esfo indica cuán absurdo es el principio de 1a trans– parencia de la Sagrada Escritura. Y puesto que una explica– ción de la Biblia es necesaria, ¿ quién nos la dará? A propósito de otros libros antiguos la respuesta a esfa cuestión sería la siguiente: la ciencia debe esclarecer el tex– to, la traducción y la explicación. Pero no así con relación a las verdades contenidas en la Biblia : necesitamos una certe– za mucho más profunda e inconmovible que la proporcionada por la investigación del hombre. Mediante la Iglesia el Es– píritu Santo-que vive y actúa en ella hasta el fin de los si– glos-nos propone las verdades a creer. La Iglesia custodia té interpreta auténticamente el depósito de las Sagradas Es– crituras. Así solamente podemos fundar el edificio de nuestra fe religiosa sobre la roca inconmovible de la eterna verdad. Porque la veracidad de Dios infalible, que nos habla por me– dio de su Iglesia, es, en último análisis, el fundamento sobre el cual se apoya con certeza nuestra fe y nuestra esperanza de salvación. LO EXIGE EL DEBER PASTORAL DE LA IGLESIA En virtud del deber pastoral de la Iglesia, deber de ngt, lar por sus súbditos, la Iglesia tiene el derecho de <lesignar las mo<lalida<les según las cuales los fieles deben leer la Bi– blia ... Para quienes conocen la Biblia en sn integridad, este deber y derecho está claro. Encontramos, en efecto, nnme rosos pasajes, difícilmente inteligibles, y otros muchos que se prestan a falsas interpretaciones. Conviene recor<lar que la Biblia ha sido escrita por hombres de <listinta psicología, en circunstancias diversas, movidos a veces por acontecimientos inmediatos, concretos, cuyo significado y cuyo alcance no

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