BCCCAP00000000000000000000429

EI, MENSAJE DE LA BIBLIA a quien conoció y en r¡uien confió gracias a la lectura del gran libro: 1a Biblia.>> Y termina el cronista con este consejo: ((Le:i usted la Bi– blia : es el libro de Dios escrito especialmente 1nra usbed. eón su mensaje de sal-vación para el pecador perdido.>> Comencé afirmando que esfa escena tierna da importan– cia exagerada y errónea a la lectura de 1a Biblia e intento 3hora esclarecer mi afirmación inicia1. rALSAS AFIRMACIONES Y POSH:TÓN CATÓLICA VERDADERA La I g-ksia Católica no puede compartir la tesi,; defen<lída por otras comunidades cristianas separadas de Roma. Seg·ún é,tas, todo cristiano tendría el derecho. aún más, fa obliga– ción, de leer la Riblia para precisar el ohiefo de sn fr. para f'.ncontrar por sí mismo las yerdades a creer, sin recurrir a1 Magisterio Eclesiástic-o. T a ohligación ineludible de leer la Bi– blia es consecuencia lógica de la concepción protestante : la Biblia es la única norma de fe. fuente exclusiya de todas las verdades y creencias. Cuando no se admite 1a Tradición Yi– viente ·v borbotante de yerdades emanadas de Cristo: cuando ~e niega un magisterio qtw salyaguarda. interpreta y propo– ne auténtica e infalihlementf' los datos contenidos en las fnen– tes de la re,,eladón. no hay más remedio qne hacer de la Riblia la norma próxima de fe v tcl manantial único de re-velación y, consiguientemente, se debe proclamar la necesidad absoluta de la lectura de 1a Biblia. interpretada según el peculiar capri– cho de cada lector. Entre las IOI proposiciones del Pascasio Ques- neL condenadas por Clemenk XT el R de septiembre de 1713. siete se refieren a la importancia que da a fa lec-

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz