BCCCAP00000000000000000000429

P. CARLOS DE VILLAPADIERNA bendito libro ha llegado a ser mi mejor tesoro y mí mejor amigo. Todo lo que sé del grande y buen Dios y de su amado Hijo, que ahora es mi Salvador, lo aprendí de este libro. En una ocasión, al hacer un viaje, perdí mi Biblia. Durante nue– ve largos días la busqué en yano. Al fin la hallé; y sentí tanto gozo, que hice un Yoto de que nunca más se extraviaría mi frsoro y que al morirme ordenaría que se enterrara conmigo. Misionero. escúcheme. Por nueve lunas hP tenido esta tos. v hace siete luna~ (JtW esfa mi ligera rnnoa-qniero <lecir m1 cuerpo-emnieza a ser nn;i carga cwe no pn<'do llf'v;ir; esfov mm.r débil. Sé quP mis horas son contada~. pero n1H• 1mpor– t;i :> Voy a estar con Cristo. 7 'v1"isionero, 11é,·eme nctrd estr li– bro que tanto amo. Ya no lo puedo leer; la dsta me falta v sé qut' no b rrcobr;m~ hasta q11e vE';1 al SPñor _fosús. mi Sal– vador. en la glorh. Lr di_ie hacr un momPnto que pensaba or– <lenar que enterraran mi Biblia conmigo al morir, pero he pensado mejor. No quiero encerrar Pn 1;i oscura tumba est;i hf'rrnosa lnz del cielo. Deseo dejar1n ron usted para qne la a alg-ún pobre extraviado. pecador ,·orno na yo. LP podrá nsted decir que s11 lertura sin-ió para gniar a estr po bre indio al SPñor Jesús. dondE' encontró perdón. paz v pla– cer indeciblf'. Díg-;ile también qne 110 apreciará el yerdadero valor de este tesoro hasta qne lleQ"ne donde vo me hallo aho– ra. Es el valle de la sombra de la muerte que yo temía tanto antes: mas ahora nada me espanta, porque Cristo. la luz, está conmigo. Mi canoa está mu,r débil. el río de la muerte f'S ancho, pero siento que Cristo está cornigo y me conduci– rá al otro lado. Pocas horas pasaron y el cuerpo yerto del indio quedó so bre su cama de helechos en la pequeña choza de abedul ; pero su redimido estaba ya con Cristo Jesús, su Salvador,

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz