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P. CARLOS DE VJLLAPADIERNA 6I Bihlia en lengua vulgar encuentra su función catequética adE'– cuada, es un testimonio fehaciente de la adualidad dr 1a Bi– hlia y de su significado e importancia. encuadrada en el Mis terio mismo de 1a Historia de la Salvación. De aquí que las funciones litúrgicas, tanto las más sencillas como las más so– lemnes y espectaculares sean fuente de información híhlic;i ,. rc:timulen necesariamente a b ;ido11isició11 dr nn conocimieñ to más consciente y vivido del Texto Sag-rado. Así, podríamos seguir hablando de la influencia de la Bi– hia en otras manifestaciones dE'l espírit11 h111na110. como en artes, por ejemplo: pero de esto hahlar{,- en el c;ipítulo dedi– cado a la he11eza. de la Biblia v su inf111encia en C'l campo cul– tural. He aquí b razfm por la que judíos. católiccis y protestan– tE's profes;i11 a la Bihfo1 1111 rrspeto idéntico. Los judíos. a1111 hov día, g-uardan los rollos dr b lrv rn recipientes de oro y p1at;1. Se comprende por 011{,- va lo~ primeros cristianos gm– tahan llevar consigo el texto dr la Bihlh y pedían a los sae<:r– dotes que recit1asen pasajes. Durante las persrcuc;ones mu– cho~ cristianos prefirieron morir antes de entreg·ar b sagra das páginas a los perseguidores. Tamhién durantr las perse– cuciones hitlerianas contra los jt1díos era frect1ente ver a és-– tos arrancar del fuego los fragmentos del Lihro Sagrado para conservarlo en sus hogares corno preciosa reliquia. Los antiguos crLc;tianos, más conscirntes que los actuak~ del valor de nuestra fe y de las excelencias de la Biblia, ali mentaban su alma con su lectura, la recuhrían de piedras pre– ciosas. Es que sabían que 1a Biblia es la carta escrita por Dios a los hombres y ¡con qué cariño se lren las líneas del padrr a quien queremos de yer<lad !

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