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EL MENSAJE DE LA BIBLIA nifiesta una vida unida estrechamente a Dios. En sus Moraha sobre el libro de Job, escrito popuiar entre todos, recurre al patriarca de Idumea para exponer la filosofía de la ley dirina positiva. La argumentación presente se dirige a lectores cono– C( dore,, de la providencia sobrenatural afirmada en la Biblia. San (;regorio insiste todavía más en su Pastoral, donde en– seña a los sacerdotes los deberes de su estado. Cuando se pÍlcnsa que, juntamente con San Agustín, San Gregario fué el autor más le.ído en la Edad Media, no se extraña uno de que d ideal religioso, moral y político fuese en e;,ta época com– pletamente bíblico. San Bernardo, formado y alimentado en las Sagradas Es,. crituras, domina toda la vida de la lglesi¡¡ y de la sociedad en el siglo xn. dirige, en pkr~L carrera apostólica, a los ca– balleros tiemplarios, monjes y soldados, .toma de San Pablo y de los Salmos, el programa que en su pensamiento y e11 d de sus contemporáneos, conviene a un ejército cristiano (que ría un escándalo hoy día) llamado a servir a Cristo a golpes clt: espada. Hacia el final de su vida, para un hijo espiritua 1 que. convertido en Eugenio III Papa, escribe los libros de Consíderatione, y también aquí la trama de su obra es ente· ramente bíblica.>> EN LA EDAD DE ORU DE LA ESCOLÁSTICA En la edad de oro de la Escolástica y de las grandes sín tesis doctrinales la Biblia conserva su primada luminosa en Teología. Las ideas y los métodos de las dos lumbreras !TIª yores, San Buenaventura y Santo Tomás, lo prueban suficien temente. El contenido religioso 'e los Libros Santos era para

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